Los veterinarios se han unido este martes 11 de febrero parando su actividad en las clínicas veterinarias como reivindicación contra el Real Decreto 666/2023, de 18 de julio. La nueva ley ha hecho saltar las alarmas en el colectivo al tratarse de una norma que establece restricciones al libre ejercicio profesional, pone en riesgo la vida de los animales, lleva asociadas sanciones desproporcionadas y aumenta el riesgo de automedicación, entre otras reivindicaciones, tal y como argumentan los veterinarios desde distintos puntos de España.
En protesta de esta normativa -que entre otras medidas impone la notificación de prescripciones antibióticas a través de Presvet- los veterinarios clínicos de pequeños animales han decidido hacer un parón en su actividad. Esta decisión ha sido apoyada por entidades provinciales y autonómicas, por los colegios profesionales de las diferentes provincias; e incluso por hospitales veterinarios universitarios o las diferentes asociaciones del sector como la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC) o las entidades empresariales veterinarias de las diferentes comunidades.
Como explica en declaraciones a AnimalCare Cristina Velasco, presidenta del Colegio de Veterinarios de Cádiz, numerosas clínicas se han sumado tanto en la provincia, como en Andalucía, como en el resto de España. Esto se debe a un problema “muy complicado” que no tiene “difícil solución, pero sí hay que llegar a acuerdos”. El primero que menciona Velasco es la medida para luchar contra las resistencias antimicrobianas. Y es que, como asegura la veterinaria, “hay muchas maneras de luchar contra las antibiorresistencias y una de ellas es permitir a los veterinarios que hagan sus prescripciones correctamente”.
“Los veterinarios no van a prescribir cualquier antibiótico sin antes asegurarse de que es correcto y efectivo para el animal”
Velasco insiste en que esta normativa limita la dispensación de medicamentos a los profesionales del sector. “Los veterinarios no van a prescribir cualquier antibiótico sin antes asegurarse de que es correcto y efectivo para el animal”, asegura. Por esta razón, “no entendemos por qué no se nos permite dispensar los tratamientos en clínica”, añade. De hecho, Velasco afirma que “existen alternativas en humana que pueden recetarse en las clínicas veterinarias, pero no podemos utilizar libremente estos medicamentos”. Esta situación “dificulta el tratamiento de animales que tienen enfermedades, conviven con una familia y necesitan ser tratados con rapidez”.
Por otro lado, la veterinaria también recuerda que las clínicas veterinarias deberían considerarse centros sanitarios. “Los veterinarios somos sanitarios y como tal debemos ser considerados”, hace hincapié. “Los centros donde trabajan los veterinarios clínicos son centros sanitarios y así deberían ser reconocidos por todos”, reitera. “No podemos mirar para otro lado”.
“LA GOTA QUE HA COLMADO EL VASO”
Por su parte, Juan Monge, vocal del Colegio de Veterinarios de Valladolid y clínico de pequeños animales, afirma a este medio que las exigencias de esta normativa “han sido la gota que ha colmado el vaso”. “Nos supone un gran esfuerzo en clínica y también a nivel psicológico. Los veterinarios nos hemos visto desbordados con tanta burocracia que se nos exige”, asevera.
En su caso, Monge habla de unas 19 clínicas veterinarias –confirmadas por la Asociación de Veterinarios Empresarios de Valladolid (AVEMVALL)– que han decidido parar su actividad este martes en la provincia de Valladolid. “No estamos en contra de que haya un control de los antibióticos, pero no de esta manera tan estricta y sancionadora”, comenta el veterinario. “Los profesionales del sector sabemos lo que estamos haciendo cuando recetamos un antibiótico”, enfatiza.
“Nos han tachado de poco corporativistas, pero esta vez sí que estamos todos remando hacia el mismo sentido a nivel nacional”
En definitiva, tal y como reflexionan Velasco y Monge, esta normativa necesita una revisión. “Las autoridades deberían tener sensibilidad con los veterinarios. Nos están dando palos por todos lados”, indica la presidenta del Colvet Cádiz. “Nos han tachado de poco corporativistas, pero esta vez sí que estamos todos remando hacia el mismo sentido a nivel nacional”, añade Monge.
“Esta problemática no ha saltado antes porque en grandes animales no nos hemos unido antes para reivindicar. Ahora hay una gran presión de todos los veterinarios para que esta normativa se revise”, señala Velasco. “Los veterinarios somos los primeros que no queremos que existan resistencias a los antibióticos, pero no somos los únicos responsables”, concluye.
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