El pasado mes de abril, la Junta de Andalucía activó el Centro Andaluz de Investigación de Zoonosis y Enfermedades Emergentes (CAIZEM) tras la constitución de su consejo rector y el nombramiento de su primera directora, la veterinaria y profesora de la Universidad de Córdoba (UCO), María Ángeles Risalde. Este centro, impulsado por la Junta de Andalucía, la UCO y la Fundación de Investigación Biomédica de Córdoba (Fibico), es el primero de su tipo en España y tiene como objetivo convertirse en un referente nacional para la investigación aplicada al control y prevención de zoonosis y enfermedades emergentes desde el enfoque 'One Health' (Una sola salud).
El CAIZEM se distingue por su enfoque integral y multidisciplinar, uniendo a profesionales de medicina, veterinaria, salud pública, biología, ingeniería agronómica y medio ambiente para abordar el desafío global de las zoonosis. “Estas enfermedades son un desafío para la salud global, especialmente en zonas vulnerables como Andalucía, que por su situación geográfica y biodiversidad está muy expuesta a estas amenazas”, explica Risalde en una entrevista para AnimalCare.
El centro trabajará en tres grandes líneas de investigación para abordar este desafío. La primera se centrará en generar conocimiento fundamental para evaluar los riesgos de las enfermedades zoonóticas y emergentes, analizando la interacción entre los agentes patógenos y sus hospedadores. La segunda línea se enfocará en el desarrollo de nuevas herramientas de diagnóstico y vigilancia sanitaria, integrando tecnologías avanzadas como Big Data e inteligencia artificial para mejorar la detección y el control temprano. Finalmente, la tercera línea se dedicará a diseñar y evaluar medidas para combatir estas enfermedades, incluyendo el desarrollo de inmunoestimulantes y estrategias de respuesta rápida.
Este proyecto es “clave” para avanzar en la comprensión y control de estas enfermedades, destaca la veterinaria. “Estamos muy ilusionados con la puesta en marcha de este centro, que se ha perseguido durante más de 20 años. Ahora mismo estamos creando las estructuras organizativas y de investigación que necesitamos para integrar a profesionales de diferentes disciplinas y trabajar de forma coordinada en este reto tan importante”, sostiene.
La creación del CAIZEM responde a la necesidad de desarrollar nuevas estrategias para anticipar, vigilar y responder ante enfermedades transmisibles entre animales y humanos. Esta perspectiva integral es clave para enfrentar amenazas emergentes como la Fiebre del Nilo Occidental, una enfermedad de transmisión vectorial que ha impactado de manera significativa en Andalucía en los últimos años. “En nuestra comunidad tenemos una gran densidad de vectores de esta enfermedad, como el mosquito común, y además somos paso obligado para muchas aves migratorias que pueden actuar como reservorios del virus”, explica Risalde. “Necesitamos estar preparados”, añade.
“Lo que queremos es que el CAIZEM no solo sea un centro de investigación, sino también un espacio para la colaboración entre profesionales que trabajan en campos diversos"
El centro también jugará un papel clave en la transferencia de conocimiento a otros actores del sistema de salud, incluidas administraciones públicas y empresas, facilitando el desarrollo de políticas efectivas para la prevención y el control de estas enfermedades. “Lo que queremos es que el CAIZEM no solo sea un centro de investigación, sino también un espacio para la colaboración entre profesionales que trabajan en campos tan diversos como la ecología, la veterinaria, la medicina y la ingeniería agronómica”, puntualiza Risalde. Esto permitirá un enfoque verdaderamente holístico, en línea con el concepto 'One Health' que integra la salud humana, animal y ambiental.
DESPEGUE DE LOS DOS PRIMEROS PROYECTOS
Además, el CAIZEM ya ha puesto en marcha dos proyectos iniciales de investigación. El primero, centrado en la leishmaniosis, para estudiar esta enfermedad zoonósica tanto en personas como en animales domésticos y salvajes, con el objetivo de mejorar su diagnóstico y establecer medidas preventivas efectivas. El segundo proyecto se enfoca en el virus de la Fiebre del Nilo Occidental, investigando el papel de las aves silvestres como reservorios de esta enfermedad y los lugares de mayor riesgo para su transmisión. “Estamos empezando a trabajar en colaboración con la Consejería de Salud y Consumo, y otros organismos como la Estación Biológica de Doñana para desarrollar un programa de vigilancia entomológica”, comenta Risalde.
Uno de los objetivos a corto plazo del CAIZEM es la creación de instalaciones especializadas, como un laboratorio de bioseguridad de nivel 3 (BSL-3) en Córdoba, que permitirá trabajar con agentes zoonósicos y emergentes de alta patogenicidad de manera segura. “Este tipo de instalaciones son esenciales para poder evaluar la eficacia de nuevas vacunas y diagnósticos, y para investigar estas enfermedades sin poner en riesgo a la población”, explica la veterinaria y directora del centro.
LA IMPORTANCIA DE LA VETERINARIA EN EL CONTROL DE ZOONOSIS
El papel de los veterinarios en este centro es especialmente relevante, dado que aproximadamente el 70% de las enfermedades infecciosas que afectan a los humanos son de origen animal. “Los veterinarios somos sanitarios y tenemos un papel imprescindible en la salud pública. Somos los que preservamos la salud alimentaria y prevenimos la aparición de estas enfermedades”, enfatiza Risalde. No ha sido hasta después de la pandemia de Covid-19 cuando se ha hecho más evidente para la sociedad la importancia de los veterinarios en la salud pública, “pero es algo que venimos haciendo desde hace décadas”, insiste.
En la puesta en marcha y la toma de decisiones dentro del CAIZEM “tenía que estar la profesión veterinaria”, subraya la profesora de la UCO. “Es muy necesaria. No por delante, ni por detrás, sino trabajando de la mano con otros compañeros como pueden ser médicos, farmacéuticos, biotecnólogos o ingenieros agrónomos, para proteger la salud global”, concluye.
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