El Hospital Virgen del Rocío utiliza el cateterismo para corregir un defecto arterial común en bebés

El ductus arterioso es un defecto común en los bebés prematuros. Se trata de una estructura presente en todos los fetos que conecta las arterias aorta y pulmonar principal y que, tras el nacimiento, debería cerrarse por si sola.

Profesionales del Hospital Virgen del Rocío realizando un cateterismo a una bebé prematura (Foto. Junta de Andalucía)
Profesionales del Hospital Virgen del Rocío realizando un cateterismo a una bebé prematura (Foto. Junta de Andalucía)
CS
11 noviembre 2019 | 15:00 h

Un equipo de pediatras especializados en Hemodinámica del Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla, ha realizado con éxito el cierre de un defecto arterial denominado ductus arterioso en una bebé prematura empleando la técnica del catetermismo. Se trata de un procedimiento mínimamente invasivo que sustituye a la cirugía convencional, que conlleva más riesgos.

Este procedimiento se ha llevado a cabo ya en nueve neonatos, todos ellos prematuros y con un rango de peso que oscila entre 1,470 y 6 kilogramos.

Con condiciones normales, el ductus arterioso se cierra en las primeras 72 horas de vida del bebé

El ductus arterioso es una estructura embrionaria presente en todos los fetos que conecta la arteria aorta con la arteria pulmonar principal y tiene como finalidad asegurar el flujo en ambas. En condiciones normales, este conducto se cerraría en un margen de 72 horas desde el nacimiento, una vez que el bebé comenzara a respirar a través de los pulmones.

Sin embargo, hay una serie de circunstancias que impiden el cierre, como la prematuridad. El hecho de que el ductus arterioso se mantenga abierto provoca una sobrecarga de volumen sobre los pulmones que, en el caso de los bebés  prematuros, al encontrarse inmaduros, conlleva un aumento de la necesidad de ventilación mecánica y del riesgo de infecciones pulmonares, así como una mayor inestabilidad cadiovascular.

El uso del cateterismo disminuye los riesgos, las secuelas y la morbilidad tras la intervención

El tratamiento del ductus siempre ha sido a base de medicación y, cuando no funcionaba, había que recurrir a la cirugía abierta. Frente a esta situación, los especialistas del Hospital Virgen del Rocío aplicaron sus conocimientos sobre hemodinámica infantil adquiridos en pacientes pediátricos de mayor edad y peso para comenzar, en 2016, a utilizar estas técnicas en bebés prematuros.

Los resultados que se están consiguiendo desde entonces son equiparables a los conseguidos con la cirugía abierta, pero con evidentes beneficios para los pacientes en cuanto a criterios de morbilidad tras la intervención. De igual forma, presentan un menor número de secuelas, ya que no se producen distorsiones en la anatomía del tórax o afectaciones neurológicas.

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