La consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca de Cataluña, Teresa Jordá, ha sido objeto de las críticas estos días tras su defensa a la nueva normativa establecida en esta comunidad autónoma por la que se ha permitido la venta de leche cruda de vaca directamente al consumidor. En concreto, ha afirmado que “tiene el mismo peligro que un pollo que lleva 4 semanas en la nevera”.
Estas declaraciones se suman a la polémica que ya supuso la aprobación de la medida, ya que el consumo de la leche cruda supone un riesgo para la salud. A pesar de los beneficios nutricionales que proporcionan la leche y los productos lácteos, ésta puede contener microorganismos peligrosos que pueden representar graves riesgos para la salud.
La leche sin pasteurizar tiene 150 veces más de probabilidades de causar enfermedades transmitidas por los alimentos
La leche sin pasteurizar tiene 150 veces más de probabilidades de causar enfermedades transmitidas por los alimentos y genera 13 veces más hospitalizaciones que las patologías que involucran productos lácteos pasteurizados.
El proceso de pasteurización se realiza para matar las bacterias dañinas, como Salmonella, E. coli o Listeria, responsables de causar varias enfermedades transmitidas en los alimentos.
Desde la Generalitat sostienen que la autorización para la comercialización de la leche cruda se basa en facilitar que los productores puedan valorizar sus producciones de leche y ayudar a diversificar las explotaciones ganaderas, así como fortalecer el sector lechero catalán.