El consejero de Sanidad, Jesús Vázquez Almuiña, va a conseguir mediante la nueva Ley de Ordenación Farmacéutica aprobada esta semana en el Parlamento actualizar el sector en la comunidad autónoma, y todo ello con cierto consenso.
Las críticas a esta normativa fueron leves por parte de los partidos de la oposición, tan solo el BNG y En Marea se abstuvieron en la votación celebrada en la Cámara autonómica esta semana. El PSdeG-PSOE votó a favor, junto al PPdeG, obteniéndose así la mayoría de la cámara.
PPdeG y PSdeG-PSOE a favor, mientras que En Marea y el BNG se abstuvieron en la votación para la aprobación de la ley.
Se actualiza así la normativa vigente que data 1999 y de esta forma se pretenden responder a las necesidades y demandas actuales de los usuarios y profesionales de las farmacias.
Entre las novedades que incluye esta regulación están la atención a domicilio en casos excepcionales o la creación de boticas o sucursales de farmacia en parroquias y poblaciones donde no haya este servicio, entre otras.
CRÍTICAS DE LOS SOCIALISTAS
El portavoz de Sanidad del Grupo parlamentario socialista, Julio Torrado, calificó de “oportunidad perdida” la Ley de Ordenación Farmacéutica, que los socialistas apoyaron por resultar “mínimamente aceptable” al incorporar las enmiendas de este grupo para “acotar” la dispensación a domicilio. El PSdeG-PSOE presentó 70 enmiendas, de las que fueron aceptadas 23 y transaccionadas 6, pese a que la norma resulta “demasiado pequeña”.
Torrado lamenta que la Ley que resulta “insuficiente” y se centra en un enfoque “más empresarial y fiscal que sanitario”, pero que gracias a las aportaciones del Grupo socialista “incorpora el punto de vista de los usuarios”. Además, dijo, la ley carece de una mayor atención al mapa farmacéutico, ya que “regula sobre el exceso de farmacias pero no sobre su déficit”, y renuncia a restringir la objección de conciencia de los farmacéuticos.
El responsable socialista explicó que el apoyo de este grupo al texto deriva fundamentalmente de que fuera aceptada la enmienda que regula la “mal llamada dispensación a domicilio” para “garantizar la calidad del servicio desde el punto de vista del usuario” y evitar “amazonizar” a la farmacia. Manifestó que la aportación socialista busca priorizar la calidad y “evitar la competencia por realizar mayores entregas, repartidores más rápidos y los precios más competitivos”.
Torrado destacó el talante dialogante mostrado por los grupos parlamentarios durante la tramitación parlamentaria de esta norma delante de la “crítica construtiva” de los socialistas, que pasó a una “construcción crítica” al aceptar incluír enmiendas relevantes para el texto.