La inflamación y el estrés oxidativo podrían ser los causantes del cáncer de esófago y estómago

Científicos han podido relacionar la inflamación con el estrés oxidativo, un proceso que altera el código genético dañando al ADN

Visión de pacientes de las enfermedades eosinofílicas (Foto. Freepik)
Visión de pacientes de las enfermedades eosinofílicas (Foto. Freepik)
7 junio 2022 | 09:50 h
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Un estudio publicado en la revista científica 'Science Advances' aporta nuevos conocimientos cruciales sobre el papel de la inflamación y el estrés oxidativo en ciertos tipos de cáncer y ofrecen nuevas oportundiades para posibles estrategias de prevención.

Asimismo, científicos del Instituto Van Andel han encontrado un culpable de la relación entre la inflamación y el cáncer: el estrés oxidativo, un proceso que altera el código genético dañando el ADN.

"Nuestros descubrimientos aportan una importante prueba de cómo la inflamación y el estrés oxidativo pueden causar cáncer. El cuerpo tiene un buen sistema de defensa que repara los daños en el ADN y reduce el estrés oxidativo, pero nada es seguro. Cuanto más sepamos sobre los vínculos precisos entre la inflamación y el cáncer, mejor equipados estaremos para diseñar estrategias de prevención más eficaces", afirma el doctor Gerd Pfeifer, autor principal del estudio.

"Nuestros descubrimientos aportan una importante prueba de cómo la inflamación y el estrés oxidativo pueden causar cáncer"

La inflamación es una parte normal de las defensas inmunitarias naturales del organismo. Cuando se presenta una amenaza, como una infección o una lesión, el cuerpo reúne recursos en forma de inflamación para combatir el problema y promover la curación.

Parte de este proceso es la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS), moléculas inestables que desempeñan un papel importante en la función y la comunicación celular normal. En ocasiones, algo va mal y hace que la respuesta inflamatoria se prolongue más de lo necesario. Los resultados pueden ser perjudiciales, incluida la acumulación de un exceso de ROS que puede elevar el estrés oxidativo.

Mediante una nueva técnica desarrollada por su laboratorio, denominada secuenciación de daños en círculo, Pfeifer y sus colegas trazaron dos tipos de daños en el ADN causados por el estrés oxidativo. A continuación, compararon sus resultados con las firmas de mutación de los genomas del cáncer que figuran en la base de datos COSMIC, la mayor del mundo sobre mutaciones somáticas del cáncer.

La técnica se centra en trazar dos tipos de daños en el ADN causados por el estrés oxidativo y comparar sus resultados con las firmas de mutación de los genomas del cáncer que figuran en la base de datos COSMIC

Encontraron una coincidencia: los patrones de daño identificados por el equipo coincidían con las firmas de mutación encontradas en los cánceres del tracto gastrointestinal superior (GI), como elcáncer de esófago y el de estómago.

Los cánceres del tracto gastrointestinal superior suelen ir precedidos de condiciones inflamatorias precursoras. Por ejemplo, la infección por la bacteria 'Heliobacter pylori' puede dañar el revestimiento del estómago, provocando inflamación y úlceras.

En el esófago, el reflujo ácido grave puede provocar una afección denominada esófago de Barrett, en la que el revestimiento del esófago se inflama. En ambos casos, la inflamación a largo plazo se asocia a un mayor riesgo de cáncer.

Sus resultados revelan que, en los cánceres del tracto gastrointestinal superior, el estrés oxidativo provocado por la inflamación daña partes específicas del ADN

Gracias a los hallazgos del equipo, la razón de este elevado riesgo está ahora clara. El ADN se compone de cuatro bases químicas que existen en pares: adenina (A) y timina (T), y citosina (C) y guanina (G). Las diferentes secuencias de estos pares codifican todas las instrucciones para la vida.

Sus resultados revelan que, en los cánceres del tracto gastrointestinal superior, el estrés oxidativo provocado por la inflamación daña partes específicas del ADN, provocando la sustitución de Gs por Gs oxidadas. Estos errores impiden que el ADN se copie con exactitud, una característica clave del cáncer.

"Nuestro ADN es nuestro manual de instrucciones genéticas. Cuando las letras se desordenan, las instrucciones no pueden llevarse a cabo correctamente y el resultado puede ser el cáncer. A lo largo de los años se ha debatido mucho sobre cómo contribuyen exactamente la inflamación y el estrés oxidativo a la enfermedad, pero no teníamos las herramientas adecuadas para estudiar la relación. Nuestra nueva técnica de secuenciación de daños en el círculo nos permite echar un nuevo vistazo a viejos problemas. Tengo la esperanza de que cambie las reglas del juego", remacha Pfeifer.

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