Bruxismo en niños y adolescentes: un trastorno frecuente y poco diagnosticado

Se estima que hasta un 20% de los niños en edad escolar pueden padecer bruxismo, una cifra que superaría el 30% en adolescentes

El bruxismo, caracterizado por el rechinamiento o apretamiento involuntario de los dientes, es un trastorno frecuente en niños y adolescentes. Sin embargo, su prevalencia exacta varía según los estudios y la metodología utilizada para su diagnóstico. “Se estima que aproximadamente entre un 14-20% de los niños en edad escolar padecen bruxismo, especialmente durante la erupción dental”, explica la Dra. María de Miguel Álvarez, ortodoncista en Moonz Tres Cantos en declaraciones a Dentalia. En adolescentes, esta cifra, reconoce la experta, puede ascender hasta un 30-40%, especialmente en aquellos sometidos a altos niveles de estrés.

A pesar de su frecuencia, el bruxismo infantil sigue siendo un trastorno infradiagnosticado. “Existen muchos casos donde el bruxismo no se detecta, lo que impide que los pacientes reciban a tiempo el tratamiento necesario para este hábito”, señala la Dra. de Miguel. La falta de conocimiento y concienciación sobre esta afección contribuye a que pase desapercibida hasta que provoca daños visibles en la dentición.

“El bruxismo nocturno tiende a estar más asociado a trastornos del sueño, como ronquidos o interrupciones en el descanso” 

El bruxismo no ocurre únicamente durante la noche, sino que también puede manifestarse durante el día. Aunque los síntomas son similares en ambos casos, su detección puede ser más sencilla cuando ocurre en el día, ya que niños y padres pueden percatarse de este hábito. “El bruxismo nocturno tiende a estar más asociado a trastornos del sueño, como ronquidos o interrupciones en el descanso, mientras que el bruxismo diurno se asocia más con factores emocionales como el estrés o la ansiedad”, explica la Dra. de Miguel Álvarez.

CÓMO IDENTIFICAR EL BRUXISMO EN NIÑOS

La detección temprana del bruxismo es clave para evitar complicaciones dentales. Los padres deben estar atentos a ciertos signos, como el rechinar de dientes durante la noche, desgaste dentario, dolor mandibular, dolor de oídos y la aparición de cefaleas. “Si se sospecha de bruxismo, es fundamental acudir a un odontólogo especializado que pueda realizar un diagnóstico y tratamiento adecuado”, recomienda la experta.

“Los antecedentes familiares son los factores más comunes que contribuyen con la aparición de este hábito” 

El bruxismo infantil tiene un origen multifactorial en el que intervienen aspectos emocionales, físicos, genéticos y ambientales. “El estrés, las maloclusiones dentales, los trastornos del sueño y los antecedentes familiares son los factores más comunes que contribuyen con la aparición de este hábito”, detalla la Dra. de Miguel Álvarez. Es fundamental identificar estos factores para diseñar un abordaje terapéutico adecuado.

No todos los niños que presentan bruxismo requieren tratamiento, ya que en algunos casos puede ser transitorio. Sin embargo, cuando el hábito se mantiene en el tiempo y provoca desgaste dental o molestias significativas, es imprescindible acudir a un especialista. “Un diagnóstico a tiempo permite establecer estrategias para minimizar los efectos del bruxismo y prevenir daños mayores en la dentición”, concluye la ortodoncista.

“Un diagnóstico a tiempo permite establecer estrategias para minimizar los efectos del bruxismo” 

La concienciación sobre este trastorno es fundamental para evitar complicaciones a largo plazo. La observación por parte de los padres y la consulta con un profesional pueden marcar la diferencia en la salud bucodental de los niños y adolescentes. “La educación sobre el bruxismo y las cefaleas infantiles es esencial ya que muchos padres pueden no estar al tanto de la conexión entre estos dos problemas y, por tanto, pueden no buscar ayuda”, explica la Dra. De Miguel.

En esta línea, el Dr. Ignacio García Recuero, cirujano oral y maxilofacial del Hospital Nuestra Señora del Rosario recuerda que el bruxismo nocturno es involuntario y suele ocurrir durante la transición de estadios profundos de sueño a otros más superficiales, una secuencia que puede repetirse varias veces durante la noche. “El bruxismo nocturno es distinto de otras formas de movimientos nocturnos normales de masticación, sonrisas y discursos”, aclara el especialista.

El experto apunta que entre las consecuencias más importantes del bruxismo en niños se encuentra el desgaste dental que puede llevar a provocar fisuras o fracturas dentarias, la maloclusión dental, disfunciones articulares e incluso hipertrofia de la musculatura de masticación. Pero sus consecuencias pueden ir más allá de la salud oral llegando a provocar cefaleas, trastornos de conducta como ansiedad o enuresis e incluso se vincula con un bajo rendimiento escolar

*Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.