La decisión europea de excluir a Gran Bretaña del sistema de aprobación de medicamentos de la Unión Europea a partir del 30 de marzo de 2019 ha despertado la alarma entre los fabricantes de medicamentos, que temen que el cambio abrupto pueda interrumpir el suministro de medicamentos a los pacientes.
La medida confunde las esperanzas de una cooperación conjunta continua a través de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), al menos hasta finales de 2020, ya que Reino Unido seguirá estrechamente vinculado a la Unión Europea.
La EMA ha designado a expertos de otros países europeos para hacerse cargo del trabajo actualmente emprendido por la MHRA
Y es que, la industria farmacéutica altamente regulada es particularmente susceptible al Brexit, dado el sistema centralizado de la UE para aprobar y monitorear medicamentos.
Ahora, según ha informado Reuters, la EMA ha designado a expertos de otros países europeos para hacerse cargo del trabajo actualmente emprendido por la Autoridad Reguladora de Medicamentos y Productos de Salud de Gran Bretaña (MHRA por sus siglas en inglés).
Dado que el MHRA evalúa alrededor de un quinto de los medicamentos de la UE, los líderes de la industria farmacéutica temen que este repentino traspaso provoque interrupciones.
La MHRA confirmó que ya no actuaría como "evaluador" para la licencia de medicamentos de la UE o el monitoreo de seguridad, aunque "no se ha tomado una decisión respecto a las relaciones a largo plazo".