Pfizer intenta contentar a los empleados de la India a golpe de talonario

La compañía cerrará sus instalaciones de inyectables en Irungattukottai y Aurangabad, en la India, debido a problemas prolongados en la fabricación.

Ian Read, CEO de Pfizer.
Ian Read, CEO de Pfizer.
Salud35
15 enero 2019 | 16:00 h

La compra de Hospira por parte de Pfizer no ha sido la decisión más acertada por parte de la compañía y Hospira siguen siendo un dolor de cabeza para la farmacéutica.

Y es que, se suponía que la adquisición abriría un nuevo futuro farmacéutico para Pfizer, pero los problemas del pasado de la compañía siguen atormentando al fabricante de medicamentos.

Cuando Pfizer acordó pagar 17.000 millones de dólares (14.993 millones de euros) para hacerse cargo de Hospira en 2015, el acuerdo se presentó como una apuesta por los biosimilares y versiones más baratas de medicamentos biológicos. Sin embargo, no ha funcionado así. 

Ahora, con la decisión de Pfizer de cerrar sus plantas heredadas de Hospira en Aurangabad e Irungattukottai, en la India, unos 1.700 empleados pueden ver peligrar sus trabajos y, la compañía, no ha dudado en contentarlos con una "atractiva" indemnización.

"Las plantas dejarán de fabricar inmediatamente. Nuestra intención es salir de ambas plantas lo antes posible durante este 2019"

Según ha informado FiercePharma, la farmacéutica está ofreciendo 75 días de salario por cada año de servicio con la compañía, así como todos los bonos y pagos exigidos por los estatutos en la India. La compañía aún está abierta a explorar todas las opciones posibles para estas dos instalaciones, incluida una venta.

La decisión de Pfizer de echar el cierre a las dos plantas viene después de una "evaluación exhaustiva", que llegó a la conclusión de que no tiene sentido continuar las operaciones "debido a la pérdida muy significativa a largo plazo de la demanda de productos". "Las plantas dejarán de fabricar inmediatamente. Nuestra intención es salir de ambas plantas lo antes posible durante este 2019", ha asegurado Pfizer.

Y es que, los déficits continuos de fabricación no solo han causado inconvenientes a los hospitales y pacientes de Estados Unidos sino que también han afectado al rendimiento financiero de Pfizer.

La planta de Irungattukottai emplea actualmente a unos 1.000 empleados y la de Aurangabad a unos 700. Y si Pfizer, como se espera, no encuentra un comprador, estos trabajadores serán despedidos.

Por otra parte, la otra planta heredada de Hospira en McPherson, en EE.UU., también está causando dolores de cabeza a Pfizer, ya que está bajo la lupa de las autoridades sanitarias estadounidenses y ha contribuido notoriamente a la escasez de suministro de analgésicos opioides inyectables para los hospitales de Estados Unidos.

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