En este sentido, laFederación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) ha solicitado que este impuesto a las bebidas azucaradas no se aplique a los lácteos, pues el Parlamento ha incluido las leches endulzadas, batidos de base láctea y bebidas de leche con zumo de frutas entre este tipo de productos.
Según la Federación, “esta medida incentiva a reducir el consumo de la leche y los productos lácteos”; además, “el gravamen no solo dificultaría el acceso de la población a estos alimentos, sino que puede generar una actitud preventiva hacia los mismos”.
Y es que, los productos lácteos proporcionan entre el 40% y el 70% de la ingesta diaria recomendada de calcio en una alimentación occidental.
Por otro lado, desde Fenil justifican su petición al considerar que “la contribución de la leche y los lácteos en el consumo de azúcar añadido es baja” y “el consumo de lácteos no es la causa de la obesidad en niños y adolescentes”.
El problema, como hemos destacado en varias ocasiones en este medio, es que la lucha contra la obesidad no debe centrarse en las bebidas azucaradas, sino ir más allá, ya que, por ejemplo, según el estudio Aladino, los menores de entre 6 y 9 años en España, consumen otro tipo de productos con más frecuencia y que repercuten en mayor y peor medida sobre su salud, como la bollería industrial, comida rápida o snacks.
Además, lo que debería "perseguir" esta nueva tasa impositiva es gravar a todo tipo de producto, alimento o bebida que contenga azúcares añadidos, independientemente de si se trata de un refresco, un bollo o un batido de chocolate.
Por otra parte, no solo el Parlamento de Cataluña va a imponer este gravamen, el Ministerio de Hacienda, liderado por Cristóbal Montoro, también aprobó el pasado mes de Diciembre, la imposición de unimpuesto a este tipo de bebidas para controlar consumo de azúcar en la población y, por tanto, disminuir el índice de obesidad, especialmente infantil, de nuestro país.
Porque salud necesitamos todos… ConSalud.es