El programa de seguimiento de los contactos positivos de Covid-19 encargado por el Servicio Catalán de Salud (CatSalut) a Ferroser, filial de Ferrovial, lo operan cerca de 110 teleoperadores sin formación sanitaria, que carecen de acceso a los datos de los positivos y a sus historiales médicos y que actúan tarde.
Según ha podido comprobar Crónica Global, el programa de rastreo de contactos actuó tarde (cuando ya habían pasado los 15 días de cuarentena), sin información (sin acceso a los datos del Centro de Atención Primaria ni al historial médico) y sin margen de maniobra (solo para informar y, si era necesario, cursar la baja).
El personal de Ferroser tiene el encargo de ponerse en contacto y verificar el estado de salud de las personas que han estado en contacto con un contagiado con el patógeno. No obstante, sus 108 teleoperadores no tienen acceso a la identidad de la persona infectada. Solo se les proporciona una lista de contactos notificados por el o la contagiada.
El sistema de rastreo no sabe si los pacientes a los que sigue han estado en el sistema de salud, han notificado su caso o si se han hecho un test PCR o serológico
Concretamente, el sistema de rastreo no sabe si los pacientes a los que sigue han estado en el sistema de salud, han notificado su caso o si se han hecho un test PCR o serológico.
Entonces, ¿para qué sirve el polémico sistema que cuesta casi 18 millones? Para informar a la persona de que debe permanecer 14 días en cuarentena, aunque ya la haya hecho o sea tarde y ésta ya haya diseminado el virus, y para, si es preciso, tramitarle la baja laboral. Asimismo, se recuerdan pautas básicas de higiene como el lavado de manos o el uso de mascarillas.
El pasado mes de junio la compañía se llevó el contrato a dedo. La Generalitat de Cataluña externalizó el servicio sin contar con los sanitarios de la comunidad y concedió a dedo el contrato.