Las plantas de producción del sector farmacéutico en España se centran en medicamentos de uso humano

La situación actual de estas plantas pasa por su centralización en Cataluña, Comunidad de Madrid, Castilla y León, y Castilla-La Mancha junto con un aumento en la inversión de la digitalización.

Plantas de producción del sector farmacéutico (Foto. Freepik)
Plantas de producción del sector farmacéutico (Foto. Freepik)
Ander Azpiroz
19 noviembre 2022 | 00:00 h

La industria farmacéutica en España cuenta con un total de 173 plantas de producción de medicamentos, entre las cuales se encuentran 116 dedicadas a productos de uso humano o animal y 57 a principios activos químicos o biológicos, según apuntan en el informe Estudio de la implantación industrial del sector farmacéutico en España, realizado por la consultora ManageArt y Farmaindustria. La mayor concentración de las plantas de producción se sitúa en Cataluña, con 79, seguida de la Comunidad de Madrid, 40, Castilla y León, 14 y Castilla-La Mancha, 8. El conjunto de estas cuatro comunidades autónomas representa una gran mayoría del total de plantas en España con un 82%, además de dar empleo a 30.679 personas (85%).

En cuanto a la división según su tipología, 92 plantas fabrican medicamentos de uso humano de síntesis química, estos son los que se producen de manera relativamente sencilla en un laboratorio a partir de la mezcla de distintos productos químicos, lo que supone un 53% y un 64% del número de empleados. En el caso de APIs, ingredientes o sustancias farmacéuticas activas que eventualmente pueden llegar a ser convertidas en un medicamento, ocupan un 27% con sus 46 plantas, estas son las de menor dimensión de salud humana, y muchas de ellas no alcanzan los 100 empleados.

De las 173 plantas de producción de medicamentos se encuentran 116 dedicadas a fármacos de uso humano o animal y 57 a principios activos químicos o biológicos

La producción de medicamentos biológicos de uso humano se divide en seis centros que disponen de un gran tamaño con más de 100 empleados y las otras cinco que a pesar de no tener esa capacidad, tienen un potencial de crecimiento importante por la innovación en el producto.

En el ámbito veterinario, formado por 24 plantas de producción en España (14%) y 140 puestos, se caracterizan por contar con la particularidad de algunos formatos o la excepción de formas farmacéuticas no habituales en medicamentos veterinarios como las cápsulas de gelatina blanda, las jeringas precargadas, los inhaladores y las vacunas alergénicas. El segmento de fabricación de vacunasveterinarias tiene un gran peso, está formado por al menos siete plantas de producción con alta reputación que le han llevado a  experimentar un crecimiento en los últimos años debido a las restricciones de los antibióticos de uso veterinario.

PROPIEDAD

Los propietarios de estos centros están divididos en España, Europa y resto del mundo. En el apartado nacional, lo conforman 106 plantas, que ocupan el 61% del mercado, seguidos por el resto de Europa que con sus 8.767 empleados en 2022 producen medicamentos en 37 fábricas. Datos parecidos al resto del mundo, con 30 plantas y 7.391 empleados.

A pesar de que las plantas nacionales disponen de un mayor número tanto de sedes como de empleados, su tamaño en promedio es menor que los centros extranjeros. Una situación que se fundamenta en que aunque España dispone de las compañías más importantes no necesitan tener el tamaño de las internacionales.

DIGITALIZACIÓN

Con el paso de los años y la alta complejidad de los procesos farmacéuticos, ha surgido la necesidad de invertir en ladigitalización con el objetivo de conseguir un control máximo de los procesos internos junto con la eficiencia y la competitividad. Concretamente, el sector farmacéutico ha pasado del 4% de sus inversiones en digitalización a un 6%.

Entre los principales temas que han tratado durante este proceso se encuentran: Integración con clientes y proveedores, integración con agencias reguladoras y organismos de gestión de la serialización de medicamentos, mejora de los procesos internos para el control, integración de sistemas de gestión y la introducción de barreras para evitar ciberataques, que con la instalaciones de nuevos sistemas de gestión de producción junto con la apertura a multitud de usuarios dentro y fuera de las plantas puede llegar a suponer un problema para las compañías.

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