Hace unos días la
Organización Mundial de la Salud anunciaba su última hazaña contra la obesidad, o más bien contra el azúcar, proponer una
tasa impositiva sobre el consumo de refrescos, para que éste disminuya y por ende reducir las tasas de obesidad mundiales, así como el riesgo de padecer enfermedades “no comunicativas”, como la diabetes.
Sin embargo, la “
guerra del azúcar” que ha emprendido esta institución no está dirigida solo contra los refrescos (de los que solo procede el 20% del azúcar que consumimos), sino que también quiere poner coto a los alimentos poco saludables, bollería industrial, comida procesada, el mercado de los chocolatesy, también, a los zumos de frutas envasados.
En este sentido, la
OMS ha declarado su intención de reducir drásticamente el consumo de azúcar, para lo que también quiere que se eliminen este tipo de productos de lugares públicos y colegios.
No obstante, el hecho de que el consumo de azúcar diario es superado por la gran mayoría de personas es algo que cada uno elige, ya que algunos de estos productos cuentan con
versiones sin azúcar o con menos calorías.
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