Primer verano de los MIR R1: Un dilema entre la satisfacción y la desesperación

Los médicos que han obtenido plaza este año se enfrentan a su primer verano como residentes, un debut que varía en función de la especialidad.

Profesionales sanitarios (Foto. Banco de imágenes)
Profesionales sanitarios (Foto. Banco de imágenes)
Marisol Díaz
10 agosto 2019 | 00:00 h

“Después de todo lo que tienes que sacrificar durante los meses de la preparación del MIR, después de todo el esfuerzo… ahora que estoy trabajado, estoy feliz. ¡Es una satisfacción enorme!”. Así de positiva se muestra Marta Ibáñez, R1 en Obstetricia y Ginecología en el Hospital Clínico de Valladolid. Como ella, los casi 8.000 residentes que comenzaron su andadura profesional el pasado mes de mayo, afrontan ahora su primer verano como sanitarios.

Sin embargo, la sensación de Marta no es igual en todos los casos. La reducción del personal en los centros médicos y hospitalarios, se agrava con la llegada de la época estival. “Es un caos, y aún acaba de empezar”, lamenta un R1 en Medicina Intensiva de un hospital catalán. “La supervisión, a veces, escasea. Los médicos adjuntos nos intentan ayudar, pero en ocasiones, ellos mismos se ven un poco desbordados”.

"De residente te desenvuelves a la fuerza. Ya hemos cogido dinámica de trabajo, no es como al principio"

En estos casos, los nervios, el miedo a lo desconocido o la inseguridad por las nuevas responsabilidades, se apoderan de alguno de ellos, “hay más carga de trabajo, salimos a más paciente por médico”, confiesa Miguel Alonso, R1 en Neumología. No obstante, se trata de una fase más en sus vidas que la gran mayoría supera con éxito, “de residente te desenvuelves a la fuerza”, asegura, “creo que a estas alturas ya ayudamos bastante, hemos cogido dinámica de trabajo y nos hemos soltado, no es como al principio”.

Asimismo, la gran mayoría siente el apoyo de sus compañeros. “Sí que es verdad que hay menos personal, pero los que acabamos de empezar, por lo menos en mi servicio, siempre estamos acompañados y respaldados por algún adjunto o por nuestros ‘resis’ mayores”, afirma la R1 en Obstetricia del Clínico. Lo mismo piensa Unai Tena, R1 en Medicina Familiar, “tienes la responsabilidad con el paciente, quieres hacerlo bien, pero somos R1 y todo lo que hacemos será supervisado”.

Para Miguel depende mucho de la especialidad, “en quirúrgica, por ejemplo, suelen ser más duros, pero no es ese mi caso”;  y del servicio, “en planta, los R1 lo que hacemos es adelantar, luego un adjunto revisa todo bien, pero salvo días muy locos, pasamos la planta juntos y nos guían bastante. No pasa lo mismo en urgencias, allí es muy diferente, si que estás supervisado, pero te sientes mucho más solo”.

TIEMPO DE DESCANSO

En lo que refiere a su tiempo de descanso, pueden surgir dudas respecto a qué vacaciones corresponden a los R1. Esta cuestión, como el resto de aspectos laborales de los MIR, está recogida en el Real Decreto 1146/2006. La normativa indicia que las vacaciones de los residentes son las mismas que las del resto de profesionales.

Por ello, de manera general,  y teniendo como referencia que por cada mes trabajado corresponden dos días y medio, los centros permiten la selección de algún día descanso, “en este tema, en el hospital no ponen problemas”, afirma Ibáñez. En el caso de Unai solo hubo una condición, “que no se fueran más del 33% de los residentes en las mismas fechas”.

No obstante, para ellos, “trabajar en verano es ya una rutina”. “Después de estar preparándome el MIR, supongo que estoy acostumbrado”, afirma Alonso, quien asegura que “es mucho mejor estar trabajando de residente que estudiando el MIR, ya no solo porque tienes más tiempo para ti, sino porque por fin te sientes médico de verdad”.  “Después de haber estudiado tanto, es algo reconfortante”, nos cuenta Unai.

UN ESFUERZO QUE “MERECE LA PENA”

Echando la vista atrás, apuntes, libros y manuales, invaden la mente de nuestros entrevistados.  Y es que, hace un año, todos ellos afrontaban la llegada de los meses veraniegos como aspirantes al examen MIR.

“Todo esfuerzo es poco, es duro, pero merece la pena. Tu vida cambia un montón a mejor”

Ahora, desde una posición más privilegiada, coinciden: “todo esfuerzo es poco, es duro, pero merece totalmente la pena”. Por ello, si tuviesen que dar un consejo a los aspirantes al examen MIR 2020, lo tienen claro, “que den todo durante estos meses, es una carrera de fondo”.  Y es que, aunque suene a tópico, como dice Ibáñez, “el tiempo pasa rápido” pero,  “tu vida cambia un montón a mejor”, asegura Miguel.

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