Los 15 errores que no debes cometer en el cuidado de la piel

Qué mejor propósito para este año que empezar a cuidar la piel como se merece y evitar los errores que, a priori, pueden parecer muy obvios.

Cuidado piel (Foto. Freepik)
Cuidado piel (Foto. Freepik)
Estetic
26 febrero 2021 | 12:00 h

Qué mejor propósito para este año que empezar a cuidar la piel como se merece y evitar los errores que, a priori, pueden parecer muy obvios, pero en los que caemos la mayoría de los mortales.

''Muchas veces, la falta de resultados de un tratamiento o algunos problemas de la piel pueden solucionarse simplemente cambiando algún hábito que pienses que estés haciendo bien'', declara Paz Torralba, directora de los centros The Beauty Concept. Con más de 15 años de experiencia en el sector del cuidado de la piel y con miles de diagnósticos realizados, nos descubre los principales errores que cometemos en nuestro día a día.

1. Hacerle caso a tu amiga. ''Es el mayor error. La típica conversación en la que alguien cuenta que una amiga suya ha probado no sé qué producto y es buenísimo. Hay que tener muy claro que no todo es para todos porque cada persona es diferente. Yo insisto muchísimo en la importancia del diagnóstico personalizado, para mí es la clave del éxito'', señala la experta.

2. Confundir la edad fisiológica de la piel con la del DNI. Puedes tener 25 años y tener una tez machacada por el sol o tener 50 y aparentar una piel de 40 porque está bien cuidada.

3. No tener en cuenta la identidad hormonal. ''Antes de hacerte un tratamiento es importante diferenciar si eres hombre o mujer. Nosotros trabajamos con firmas que respetan la identidad hormonal y los resultados son sobresalientes. Las fibras de colágeno de un hombre y de una mujer no tienen nada que ver, al igual que la textura o las capas de piel, mucho más gruesas en el caso de los hombres'', subraya Paz Torralba.

El contorno de ojos sería la primera crema que debería utilizar cualquier persona que empiece a cuidarse

4. Empezar tarde a cuidar el contorno de los ojos. ''Da igual el tipo de piel que tengas o cuáles sean tus rasgos físicos, la primera zona donde aparecen las arrugas es en esta zona. Para mí, el contorno de ojos sería la primera crema que debería utilizar cualquier persona que empiece a cuidarse'', manifiesta la directora de los centros The Beauty Concept.

5. No hidratar las zonas secas de la piel. ''Es importante mantenerlas siempre hidratadas, ya que cuando esto no ocurre la piel se cuartea y aparecen arrugas que luego seguramente haya que tratar de forma más agresiva, probablemente con una máquina'', apostilla.

6. No utilizar una crema específica para el cuello. ''La piel es totalmente diferente y necesita otros principios activos que los que utilizamos para el rostro. Normalmente, la gente extiende la misma crema del rostro hacia abajo y es un error'', declara Paz Torralba.

7. Saturar la piel con demasiada protección. Si es invierno y no trabajas al aire libre lo mejor es que la protección solar esté incluida dentro de la crema de tratamiento.

8. No utilizar el contorno de ojos adecuado ni la cantidad que necesita. Con una lenteja en cada ojo sería suficiente y se aplicaría con técnicas de drenaje desde fuera hacia dentro (incluido el párpado). Si tienes bolsas debes evitar ponerte el contorno de ojos por la noche y utilizar activos como la cafeína, ya que probablemente favorezcan su aparición. En cambio, si tienes la zona oscura por una acumulación de toxinas provocada por falta de descanso, tabaco, beber poca agua o una mala alimentación, necesitarás aplicar en primer lugar un sérum aclarante y después un contorno que favorezca esta acción.

Si es invierno y no trabajas al aire libre lo mejor es que la protección solar esté incluida dentro de la crema de tratamiento

9. Limpiar la piel con tendencia acnéica con jabón. Al principio puedes tener la sensación de que está limpia, pero después necesitarás aplicarte algo rápido porque tirará y no estará confortable. La piel sufre una agresión que puede provocar desajustes, descamaciones, sensibilidad, aparición de arrugas y, además, no acabar con los granos.

10. Secarse la piel del rostro con la misma toalla del cuerpo. ''Esto estará mal hecho porque la toalla está llena de bacterias. Siempre necesitaremos limpiar la piel del rostro con una toalla reservada para esa zona, y por supuesto, que no compartamos con nadie más. Resérvale un sitio especial en el baño y cámbiala de forma regular, si puede ser todos los días mejor'', explica.

11. No hidratar la piel si la tienes grasa. Es importante encontrar el producto apto para ese tipo de piel para que a la vez que hidrate, regule la glándula sebácea, actúe contra el acné y logre tratar esos granitos. Una de las reglas básicas del cuidado facial es que por la mañana hay que hidratar la piel y por la noche regenerarla.

12. Utilizar el agua micelar como único producto de limpieza. ''Yo recomiendo utilizarlo siempre después de una leche desmaquillante y aplicarlo con un algodón a toques (sin arrastrarlo)'', declara la especialista.

13. Utilizar toallitas y discos desmaquillantes como sistema de limpieza. Para Paz Torralba ''son un foco de bacterias que provocan que se expandan por todo el rostro''.

14. La falta de constancia por intentar ahorrar. ''Hemos tenido casos de personas que afirman que no les hace efecto un tratamiento que se aplican en casa y cuando les preguntamos si lo hacen todos los días reconocen que solo lo utilizan de vez en cuando para que el producto les dure más tiempo'', relata.

15. No utilizar tónico cuando sea necesario. Siempre que la piel pasa por agua hay que utilizarlo para restablecer el pH. Por ejemplo, si te pones una mascarilla, en primer lugar, te limpiarías la piel con la leche y después aplicarías el tónico. Seguidamente aplicarías la mascarilla y al retirarla con agua volverías a aplicar el tónico.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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