Así actúa la luz azul de los dispositivos electrónicos sobre la salud de tu piel

Esta luz, emitida por pantallas y dispositivos electrónicos y fluorescentes, afecta a la piel.

La luz azul provoca envejecimiento (Foto. Freepik)
La luz azul provoca envejecimiento (Foto. Freepik)
Estetic
12 agosto 2020 | 12:00 h
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Estamos acostumbrados a que la radiación solar acapare todo el protagonismo, sobre todo durante esta época del año. Se informa constantemente de sus efectos y cómo exponernos al sol de forma segura. Pero hay otra luz, igual de dañina, de la que no se habla tanto. Se trata de la luz azul, también emitida por pantallas y dispositivos electrónicos y fluorescentes.

La directora médica y dermatóloga de Clínicas Dorsia, Virginia Sánchez, nos da las claves para evitar sufrir daños irreparables en la piel, como estrés oxidativo o envejecimiento prematuro, y recuerda la importancia de visitar al especialista con regularidad.

¿Qué es la luz azul? La luz blanca del sol es necesaria y, tomada con moderación, beneficiosa para la salud y el estado de ánimo. Conviene partir del hecho de que parte del espectro de los rayos solares están formados también por un 25% a 30% de luz azul que no trae consecuencias negativas. Sin embargo, la que ahora preocupa más a los expertos son otras formas en las que la piel se ve expuesta a la luz azul y cada vez en mayor medida: la de las pantallas de dispositivos electrónicos.

La doctora Sánchez nos invita a tomar conciencia del fenómeno y a repasar nuestra rutina diaria, haciendo recuento de las horas que permanecemos frente al ordenador, el móvil o tablet. Lo más probable es que se dé una sobreexposición de la que no éramos conscientes y cuyas consecuencias pueden ser más graves de lo que parece.

La luz blanca del sol es necesaria y, tomada con moderación, beneficiosa para la salud y el estado de ánimo

Tal y como explica la directora médica de Clínicas Dorsia, los efectos de una radiación solar en alta dosis se observan claramente, pero en el caso de la luz azul no existe forma estandarizada de medir sus consecuencias ni protegerse frente a ella.

Además de la incertidumbre sobre esta cuestión, la doctora Virginia Sánchez advierte de que este tipo de luz que emana de una fuente artificial penetra más profundamente en la epidermis, dermis y tejido subcutáneo y, aunque no se ha relacionado con el cáncer de piel, parece implicarse en el proceso de fotoenvejecimiento a través del estrés oxidativo.

Así, el abuso de luz azul se relaciona con envejecimiento, debido a la acción de las metaloproteinasas, que activan la destrucción del colágeno presente en la piel; sequedad de la piel, al provocar una disminución de las células encargadas de mantener la hidratación en niveles óptimos; y manchas, más habituales, según estudios recientes, en personas con fototipos altos y con mayor duración sobre la piel que las producidas por el sol.

¿Cómo protegernos frente a este nuevo frente? En Clínicas Dorsia recuerdan que es fundamental controlar el tiempo de exposición a ordenadores y otros aparatos electrónicos. Especialmente en los más pequeños, ya que al parecer son más vulnerables a su acción. La prevención siempre es el mejor protocolo de acción.

Además, utilizar un protector solar específico Luz HE-VL o luz visible de alta energía ayudará a que la piel no sufra su impacto. Si todo ello lo complementamos con visitas regulares al dermatólogo conseguiremos frenar el impacto de un fenómeno que aún está en estudio, pero que preocupa a la comunidad dermatológica internacional sobremanera.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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