Esto es lo que tienes que hacer para tratar la piel sensible

Esta característica, que cada año va en aumento, es difícil de diagnosticar y está muy ligada a factores internos como el estrés, la predisposición genética, la alimentación o los desajustes hormonales.

Tratar la piel sensible es una de las principales inquietudes de la industria de la cosmética
Tratar la piel sensible es una de las principales inquietudes de la industria de la cosmética
Estetic
3 octubre 2018 | 22:00 h

Tratar la piel sensible y/o reactiva es una de las principales inquietudes de la industria de la cosmética. Esta característica, que cada año va en aumento, es difícil de diagnosticar y está muy ligada a factores internos como el estrés, la predisposición genética, la alimentación o los desajustes hormonales. Pero, ¿es lo mismo una piel sensible que una piel reactiva?

''Una piel sensible es difícil de diagnosticar medicamente ya que no presenta signos clínicos cuantificables. Presenta síntomas con factores de malestar subjetivo como picor, tirantez, escozor o sequedad, que a veces se manifiestan visiblemente en hinchazón, rojeces, descamaciones o eccemas. Este tipo de piel puede derivar o vincularse clínicamente a distintas afecciones, como rosácea, psoriasis, acné, dermatitis atópica, dermatitis seborreica o eccema de contacto. Por lo general, son pieles con una respuesta neurosensorial alterada o con una barrera hidrolipídica más fina, más permeable, propensa a la penetración de elementos y a la evaporación de agua'', explica Eva Raya, cosmetóloga y co-creadora de la firma española natural Alice in Beautyland.

Por otro lado, una piel reactiva suele estar ligada a la sensibilidad y reacciona de una forma más exagerada a lo que reaccionaría una piel normal a ciertos agentes, en ocasiones incluso al agua. Según distintos estudios epidemiológicos, cada vez son más las personas que dicen tener una piel sensible y reactiva con distinta intensidad.

En este sentido, una de las primeras cosas que hay que hacer para tratar la piel sensible es identificar lo que le va mal.

Tratar la piel sensible y/o reactiva es una de las principales inquietudes de la industria de la cosmética

''Hay que vigilar nuestros hábitos. Por ejemplo, si tendemos a tocarnos la cara con frecuencia sin darnos cuenta ante una situación de estrés, podemos llegar a provocar una infección como el acné. También hay que evitar lavarnos la cara con agua caliente, tener cuidado con los peelings, exfoliantes y tratamientos con láser, y prestar especial atención a la caducidad de los cosméticos o a la mezcla de distintos productos no compatibles, ya que causan muchas reacciones en pieles sensibles'', señala Eva Raya.

En cuanto a agresores externos, los cambios bruscos de temperatura, las temperaturas excesivamente frías o calientes, la polución, el exceso de sol o los lugares con una climatología muy seca, agreden a todo tipo de piel, especialmente a las más sensibles.

Asimismo, es importante prestar especial atención a la letra pequeña de los productos de belleza, ya que estos se forman de los componentes más irritantes. ''Jabones agresivos o productos con exceso de alcohol, pueden alterar el manto hidrolipídico natural de la piel. Por ello, mejor evitar maquillajes tipo waterproof que requieren de limpiadores especiales'', aconseja la experta.

El oxicloruro de bismuto, que da un aspecto perlado a los maquillajes, suele ser bastante irritante y oclusivo para algunas pieles, y puede provocar escozor en los ojos cuando está presente en productos como delineadores o máscaras de pestañas.

Por otra parte, algunos conservantes o el exceso de perfumes químicos o naturales pueden aumentar el número de alérgenos de forma considerable. Y emulsiones muy ácidas o alcalinas, el retinol o los protectores solares químicos tampoco son los mejores amigos de las pieles sensibles.

En definitiva, este tipo de pieles requieren de una buena humectación para que la barrera cutánea pueda hacer su función natural. Por tanto, productos con ingredientes hidratantes, emolientes, suavizantes y antioxidantes contrarrestarán la evaporación de agua, ayudarán a fortalecerla y mantenerla sana y flexible.

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