Titulares impactantes han inundado las redes y los medios de comunicación en los últimos tiempos, vinculando a celebrities de la talla de Jennifer Aniston y Kim Kardashian con un inusual secreto para mantener su juventud: tratamientos faciales a base de "semen de salmón". Las publicaciones, a menudo sensacionalistas, han generado una mezcla de curiosidad y confusión entre el público, llevando a muchos a preguntarse si realmente el líquido seminal de pescado se aplica directamente sobre el rostro en busca de la eterna juventud.

La realidad, sin embargo, es mucho más compleja y, afortunadamente para algunos, menos literal. Si bien es cierto que las propiedades regenerativas derivadas del mundo marino están ganando popularidad en la medicina estética, la denominación "semen de salmón" resulta ser una simplificación, cuanto menos inexacta, de un tratamiento con fundamentos científicos sólidos: la aplicación de polinucleótidos. Tal como explica la Dra. Elena Delso, experta en medicina estética en Zaragoza y divulgadora del laboratorio Croma, estos son componentes de ADN altamente purificados que desempeñan un papel fundamental en la reparación celular y la regeneración de los tejidos. Su acción va mucho más allá de un simple efecto superficial, ya que promueven activamente la síntesis de colágeno y elastina, dos proteínas esenciales para mantener la firmeza, la elasticidad y la juventud de la piel.

Además de su capacidad regenerativa, los polinucleótidos poseen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, lo que contribuye a calmar la piel irritada y a protegerla del daño causado por los radicales libres

Además de su capacidad regenerativa, los polinucleótidos poseen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, lo que contribuye a calmar la piel irritada y a protegerla del daño causado por los radicales libres. También tienen un efecto hidratante significativo y ayudan a restablecer el equilibrio de los melanocitos, las células responsables de la pigmentación cutánea, lo que se traduce en un tono de piel más uniforme y luminoso.

EL ORIGEN: HUEVAS, NO ESPERMA

La clave para desmitificar la conexión con el "semen de salmón" radica en el origen real de los polinucleótidos utilizados en estos tratamientos. Como aclara la Dra. Delso, "no, no se aplica esperma. Los polinucleótidos se extraen de las huevas de la trucha asalmonada (Oncorhynchus mykiss), no del esperma". La confusión surge porque el origen se encuentra en las gónadas del pescado, pero se trata de las huevas y, además, de una especie distinta al salmón común.

El ADN de la trucha asalmonada presenta una similitud considerable con el ADN humano, lo que facilita su biocompatibilidad. Además, su extracción resulta relativamente sencilla. Este material se somete a un riguroso proceso de purificación para eliminar cualquier proteína, posible alérgeno u otra sustancia que pudiera resultar nociva para la piel humana, dejando únicamente fragmentos de ADN altamente purificados. Estos fragmentos son los que realmente se introducen en la dermis a través de un gel compatible, presentado en jeringas envasadas bajo estrictas medidas de calidad, similares a las utilizadas en otros productos inyectables.

Una de las principales preocupaciones que pueden surgir al escuchar sobre la aplicación de ADN de otro ser vivo es su potencial impacto en nuestro propio material genético. Sin embargo, la Dra. Delso tranquiliza al respecto: "La aplicación de polinucleótidos no genera problemas con nuestro ADN, porque no se introduce en nuestras células ni las modifica. Actúan como biomoduladores y promueven la regeneración tisular, la hidratación y la reparación de la piel sin alterar en absoluto la información genética de nuestros pacientes". En cuanto al riesgo de alergias, gracias al alto grado de purificación del producto final, que lo libera de proteínas, el riesgo de reacción alérgica es significativamente bajo en comparación con otros tratamientos. No obstante, se deben tomar precauciones en casos de infecciones activas, alergias múltiples y, específicamente, alergia al pescado, así como en ciertas alteraciones autoinmunes no controladas.

¿CÓMO APLICARLO?

Los polinucleótidos ofrecen versatilidad en su aplicación, adaptándose a diferentes necesidades y objetivos:

• Inyecciones intradérmicas. Mediante técnicas como la mesoterapia o la utilización de cánulas, se distribuyen los polinucleótidos de manera uniforme en la dermis para mejorar la calidad general de la piel.
• Combinación con otras tecnologías. Se ha demostrado que los polinucleótidos pueden potenciar los efectos de tratamientos como la bioestimulación con láser o la radiofrecuencia, incluyendo la radiofrecuencia fraccionada con agujas.
• Productos tópicos. Aunque su efectividad por vía tópica es menor que la inyectable, algunos productos cosméticos incorporan polinucleótidos por sus propiedades regenerativas e hidratantes.

Aunque algunos titulares puedan sugerir tratamientos faciales directos con "semen de salmón", la realidad es que la ciencia y la medicina estética han avanzado hacia soluciones más sofisticadas y seguras

En cuanto a si los polinucleótidos sustituyen o complementan otros tratamientos, la Dra. Delso considera que son especialmente potentes a la hora de potenciar o complementar otros procedimientos. Además, en comparación con otras técnicas, ofrecen la ventaja de no generar una reacción de fibrosis, obtener una respuesta predecible y constante, y no añadir volumen al rostro.

Aunque algunos titulares puedan sugerir tratamientos faciales directos con "semen de salmón", la realidad es que la ciencia y la medicina estética han avanzado hacia soluciones más sofisticadas y seguras. Los polinucleótidos, extraídos de las huevas de la trucha asalmonada y altamente purificados, representan una herramienta valiosa para la regeneración y el rejuvenecimiento de la piel, ofreciendo resultados naturales y discretos, tal como buscan las tendencias actuales en belleza y las propias celebrities.

*Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.