Cuando nos apuntamos al gimnasio buscamos deportes que se adapten a nuestras necesidades físicas, pero que también nos ayuden a evadirnos. Sin embargo, hay opciones bastante desconocidas y que van más allá del pilates, la danza o la musculación. Prueba de ello es el método Gyrotonic, que cada vez está ganando más adeptos y que precisamente es una combinación de varias disciplinas.
Para adentrarnos más de lleno en este mundo, desde Estetic.es hemos hablado con Flavia Abbadessa, que lleva practicando este deporte varios años y después de formarse en ello ha fundado su propio estudio: ‘The Garden’. La italiana ha trabajado como bailarina profesional en diferentes compañías internacionales en países como Italia, Francia y Estados Unidos, pero una lesión en su carrera la llevó a conocer esta técnica.
“Durante mi carrera como bailarina profesional, tuve que operarme una rodilla y después de varios intentos y meses de frustración, fue la única técnica que me permitió recuperar la forma, adquirir mayor conciencia corporal y volver a trabajar profesionalmente en pocos meses”, explica la bailarina. Desde entonces, ha quedado enamorada del método y lo ha convertido en su calentamiento diario.
GYROTONIC Y GYROKINESIS: ¿CON O SIN MÁQUINAS?
Gyrotonic, en palabras de la experta, es una “técnica holística muy completa e innovadora” que incorpora elementos del yoga, la danza, la natación y el taichí y se basa en la ejecución de movimientos circulares, armónicos y rítmicos en coordinación con la respiración y el movimiento.
Pero previamente a este método surgió Gyrokinesis, que en un principio se llamaba ‘yoga para bailarines’ porque se realiza sin máquinas, simplemente creando contrastes con el propio cuerpo en un taburete o esterilla.
Flavia cuenta que, al igual que le pasó a ella, muchos bailarines conocen Gyrotonic después de una lesión porque es muy útil para reintroducir el deporte en la rutina. Precisamente ambas técnicas fueron creadas en los años 80 por Juliu Horvath, un bailarín húngaro que también sufrió varias lesiones en su carrera y que ideó Gyrotonic para “ayudar tanto a bailarines como a atletas a recuperarse de lesiones, aprender a prevenirlas y tener una mayor conciencia corporal”, explica la bailarina.
"Cada persona obtiene del método lo que necesita"
Ambos métodos pueden practicarse de forma individual o grupal, aunque la experta recomienda empezar de manera individual “para establecer una base sólida, familiarizarse con el método y aprender sus principios”. Pero en cualquier caso, son muchos los beneficios asociados a su práctica.
Tanto Gyrotonic como Gyrokinesis “estimulan el sistema nervioso, permiten un rango de movimiento más amplio, mejoran la fuerza, la movilidad y la eficiencia corporal en general”, señala Flavia. “También ayudan a trabajar la respiración y la coordinación, permitiendo que nos sintamos y habitemos nuestro cuerpo de una manera totalmente satisfactoria y diferente”.
El uso de las máquinas en Gyrotonic nos servirá de guía para “ayudar a entender las sensaciones que buscamos”, mientras que con Gyrokinesis, en este caso sin máquinas, “trabajamos los contrastes directamente con nuestro propio cuerpo y podemos experimentar y expresarnos más allá de lo que nos permiten las máquinas”, según la experta.
En cualquier caso, las repeticiones de movimientos en coordinación con la respiración nos acercarán a la meditación, haciéndonos disfrutar del momento presente y permitiéndonos “terminar cada clase con una sensación de paz y conexión profunda que, para mí, es inigualable”, confiesa Flavia. En ‘The Garden’, ofrecen clases colectivas de este método para todas las personas interesadas, aunque cada vez es más conocido y seguramente puedas encontrar un centro especializado cerca de ti.