Durante la época estival, la zona íntima femenina es más vulnerable de lo normal y tiene más riesgo de sufrir alguna molestia como consecuencia del calor, la humedad, el sudor o la ropa ajustada.
En este sentido, las doctoras Alejandra Mateos y Eva de la Iglesia, ginecólogas de la Unidad de Suelo Pélvico del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, señalan que ''en la vagina existe un ecosistema polimicrobiano, el cual interacciona con células de la mucosa. Esta relación depende de factores ambientales (humedad, exposición a químicos, fármacos, hábitos sexuales e higiénicos) y factores propios de la mujer (estatus hormonal principalmente). La flora vaginal está compuesta mayoritariamente por Lactobacillus, los cuales producen ácido láctico y aportan un pH ácido a la vagina. En menor cantidad se encuentran las conocidas Gardnerella y Candida albicans, entre otras muchas especies. Los Lactobacillus coexisten con otros microorganismos en condiciones normales, y es la pérdida de ese equilibrio entre poblaciones lo que conlleva la aparición de sintomatología y la necesidad de recurrir a un tratamiento''.
Durante la época estival, la zona íntima femenina es más vulnerable de lo normal y tiene más riesgo de sufrir alguna molestia
Por ello, añaden ''los cambios de temperatura y la humedad son dos condicionantes externos que pueden favorecer la aparición de infecciones vaginales, ya que contribuyen al sobrecrecimiento de hongos, como es la Cándida, o a una disminución en la población de Lactobacillus, con los consecuentes cambios en el pH vaginal y el desequilibrio en la proporción de microorganismos, produciendo la sintomatología característica''.
INFECCIONES FRECUENTES EN VERANO
Existen diversos tipos de infecciones vaginales, sin embargo, la más frecuente es la vulvovaginitis candidiasica, seguida de la vaginosis bacteriana.
Por un lado, las doctoras destacan que ''la vulvovaginitis candidiásica se caracteriza por un flujo espeso y blanco, habitualmente sin olor característico, enrojecimiento de genitales e intenso picor vaginal y vulvar. Su tratamiento se basa en antifúngicos, vía vaginal u oral, asociado a otro por vía tópica''.
Los cambios de temperatura y la humedad son dos condicionantes externos que pueden favorecer la aparición de infecciones vaginales
Por otro lado, afirman, ''la vaginosis bacteriana se produce por cambios en la proporción de Lactobacillus respecto a otras bacterias, como puede ser la Gardnerella. Esta situación produce un flujo blanco/grisáceo y homogéneo, picor vaginal y un olor desagradable. El tratamiento habitual es antibiótico, bien por vía oral, vaginal (óvulos) o tópico (gel)''.
Asimismo, ''dentro de las vaginitis infecciosas, no podemos olvidar las de transmisión sexual, destacando la infección por Trichomonas. Cursa con ardor y picor vaginal, además de leucorrea maloliente y espumosa, y que requieren un tratamiento antibiótico oral, tanto para la paciente como para la pareja sexual'', subrayan Alejandra Mateos y Eva de la Iglesia.
La vulvovaginitis candidiásica se caracteriza por un flujo espeso y blanco, habitualmente sin olor característico, enrojecimiento de genitales e intenso picor vaginal y vulvar
Por último, mencionar las vaginitis inespecíficas, ''aquellas que no poseen una etiología determinada, y que pueden tener un origen multifactorial: estado hormonal, medidas higiénicas, hábitos sexuales, patologías médicas, antecedentes quirúrgicos... Se trata de una inflamación de la vagina, que puede cursar con síntomas similares a las infecciosas, y en muchos casos dolor con las relaciones sexuales. El tratamiento sintomático en estos casos suele ser suficiente'', manifiestan las ginecólogas.
CONSEJOS PARA UNA CORRECTA HIGIENE ÍNTIMA EN VERANO
Con el fin de evitar infecciones en verano, las doctoras han elaborado una serie de recomendaciones para llevar una correcta higiene íntima en la época estival. ¡Toma nota!
-Una correcta higiene de la zona íntima en el momento del aseo diario suele ser suficiente, junto a medidas que limiten la exposición prolongada del área genital a la humedad: evitar ropa muy ajustada y poco transpirable, limitar el tiempo con bañadores mojados.
-Durante los días de regla, es importante mantener una buena higiene, cambiando frecuentemente compresas y tampones; o, incluso mejor, usar la copa menstrual.
-Igual de importantes es evitar el lavado agresivo de la zona y las duchas vaginales, ya que arrastran la flora vaginal y producen desequilibrios en la misma.
-Hay mujeres que tienen mayor tendencia a padecer vaginitis, y existe la posibilidad de disminuir el número de episodios o recidivas mediante el uso de geles íntimos para mantener una buena homeostasis de la zona vulvovaginal. Asimismo, cada vez está más en auge el uso de probióticos, por vía vaginal u oral, para la prevención de nuevos episodios, principalmente en vaginitis candidiásica y vaginosis bacteriana.
-Ante la persistencia de sintomatología o empeoramiento con las medidas higiénicas comentadas y el correcto tratamiento, o ante la duda de diagnóstico al inicio de los síntomas, se aconseja acudir a un especialista para estudio y cambio de estrategia terapéutica.