Tras haber tenido un diciembre más caluroso de lo habitual, nos encontramos con un enero que ha traído un descenso de las temperaturas muy drástico. Y no solo lo notamos nosotros, sino que nuestra piel, debido al frío seco, puede sufrir también consecuencias negativas.
Que los termómetros bajen de golpe, que el viento haga que la sensación de frío sea aún mayor y que suframos muchas variaciones de temperatura debido al frío que hace en la calle y al calor de la calefacción en casa o en la oficina, puede hacer que nuestra piel se resienta, se reseque y se deshidrate.
Por ello, debemos de ser conscientes de que nuestra piel requiere de un cuidado constante y aún más durante la época de invierno. Algo muy básico y que podemos evitar son esas duchas eternas con agua caliente. Aunque creamos que es un buen aliado para combatir el frío, debemos de tener en cuenta que este calor tenderá a irritar nuestra piel, incrementando el nivel de PH y por consecuencia, deshidratándonos aún más.
Es conveniente el uso de geles y jabones para hidratar la piel, pero siempre que sean limpiadores no agresivos
Por otro lado, es conveniente el uso de geles y jabones para hidratar la piel, pero siempre que sean limpiadores no agresivos, como el gel de baño para manos y cuerpo de Herbalife Nutrition, que con componentes procedentes de las plantas ayuda a limpiar e hidratar la piel de forma suave y sin sulfatos para no eliminar así los aceites esenciales de la piel.
Desde Herbalife Nutrition también recomiendan el uso del gel suavizante, que con aloe vera y acondicionadores botánicos, hidrata y suaviza.
Con el fin de aportar los nutrientes necesarios a nuestra piel, Herbalife Nutrition sugiere el uso de su pastilla de jabón de baño corporal, que contiene una mezcla de aloe vera, aceite de oliva y vitaminas A, C y E, que además de nutrir la piel nos dejará una fragancia muy limpia y fresca.
Por tanto, recuerda hidratar mucho tu piel y se constante en la aplicación de estos productos a lo largo del día. Además, intenta no frotarte la cara con toallas ásperas, ya que sino incrementarás la sequedad de la piel o harás que sea más propensa a escamarse.
Y por último, algo clave que nunca deberás olvidar: beber agua. Esto facilitará que los tejidos que conforman la piel se repongan y que su elasticidad e hidratación aumenten de forma significativa.
