El tónico, un imprescindible en tu rutina de cuidado facial

El tónico se aplica dos veces al día, con un disco de algodón y con suaves toquecitos, sin arrastrar, siempre después de la limpieza del rostro y antes de aplicarnos el sérum y la hidratante.

Tónico para la piel (Foto. Freepik)
Tónico para la piel (Foto. Freepik)
Estetic
30 octubre 2021 | 22:00 h
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El tónico es, en muchas ocasiones, el gran olvidado en la rutina de cuidado facial. Sin embargo, "es un paso en nuestro ritual de belleza que tiene mucho que ver con la salud de nuestra piel", aclara la maquilladora Cristina Lobato.

El tónico se aplica dos veces al día, con un disco de algodón y con suaves toquecitos, sin arrastrar, siempre después de la limpieza del rostro y antes de aplicarnos el sérum y la hidratante. Con un segundo disco de algodón podemos arrastrar un poquito más.

Este producto es un imprescindible en la rutina ya que equilibra la piel, refresca, hidrata, limpia los poros y prepara el cutis para que pueda recibir el tratamiento posterior.

¿POR QUÉ EL TÓNICO ES UN IMPRESCINDIBLE EN LA RUTINA DE CUIDADO FACIAL?

1. Equilibra la piel. ¿Qué le sucede a nuestra piel después de pasar por la ducha y después de la limpieza facial? "El pH de la piel se desequilibra y en consecuencia pierde agua y deja de formar los lípidos necesarios. La función de la barrera del manto ácido se ve mermada y quedamos expuestos a pequeñas infecciones, enrojecimiento, etc. Después del paso de limpieza, la piel puede tardar entre 2 y 8 horas en reestructurase o equilibrarse de forma natural, de ahí la gran importancia de utilizar un tónico para devolverle el equilibrio a la piel de forma inmediata y evitar debilitarla día a día", explica la maquilladora.

El tónico se aplica dos veces al día, con un disco de algodón y con suaves toquecitos, sin arrastrar, siempre después de la limpieza del rostro y antes de aplicarnos el sérum y la hidratante

2. Elimina los restos de impurezas. El tónico ayuda a eliminar restos de impurezas y suciedad, además de retirar el residuo que nos haya dejado el producto limpiador que hayamos utilizado previamente.

3. Trata la piel según sus necesidades. Existe un tónico para cada tipo de piel, ya sea seca, sensible, grasa, mixta, normal, etc. Si tu piel es grasa, escoge tónicos que contengan ácido glicólico, ya que estos ayudan a desprendernos de las células muertas y limpian el poro un poquito más en profundidad; si tu piel es sensible, apuesta por tónicos libres de alcohol con efectos calmantes y antiinflamatorios como la niacinamida; y si tu piel es seca, opta por tónicos hidratantes que contengan ácido hialurónico o extracto de almendras dulces.

4. Mejora visualmente el aspecto de la piel. Los tónicos dejan el poro tan limpio de impurezas y restos de limpiador que, al ojo humano, disminuye la percepción de su tamaño, pero los poros no se cierran. Cuanto más limpio está el poro, menos se ve. "Cuando la piel no está limpia, el sebo que genera se oxida y oscurece el poro y se aprecia mucho más que el poro está dilatado", detalla Lobato.

5. Potencia la acción del resto de productos. El tónico facilita la absorción de los activos del resto de productos que siguen la rutina facial: sérum y crema hidratante.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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