Ya hace algunas semanas que estamos inmersos en el nuevo año y hemos dejado atrás las navidades, los regalos y las comidas familiares, lo que se traduce en gastos. La archiconocida cuesta de enero ha llegado para quedarse, y en ella se toma conciencia sobre cómo gestionar el dinero para compensar el gasto que supone la Navidad.
Por ello, para evitar sobresaltos monetarios sin renunciar a la rutina diaria y una alimentación saludable, Kaiku Sin Lactosa comparte los mejores trucos para ahorrar y seguir comiendo bien. ¡No te lo pierdas!
1. Compra alimentos de temporada. Menor impacto medioambiental, menor coste y más sabor. Las frutas y verduras de temporada se hacen esenciales a la hora de ahorrar en el supermercado y evitar alimentos tratados en exceso con pesticidas y conservantes. Estar al día del calendario de alimentos de temporada permite comprar verduras y frutas en su punto perfecto y natural de maduración.
2. Cocina (de verdad) en casa. Fijarse como propósito de año nuevo cocinar más en casa y acudir menos al restaurante de la esquina permitirá ahorrar dinero y, sobre todo, mantener una alimentación saludable y equilibrada. Una regla sencilla para preparar el tupper perfecto es incorporar una base de carbohidratos como arroz integral, una parte de proteína (pollo, salmón o ternera) y otra de fibra (vegetales y verduras). De postre, algo ligero y fácil de llevar como un yogur sin lactosa y una pieza de fruta. De esta forma, se controlan tanto los ingredientes como las cantidades, asegurando un plato equilibrado y saludable.
3. Compra a granel. Y evita mayoritariamente productos que vengan pelados y cortados. Los frutos secos a granel salen a mejor precio que comprarlos en bolsas ya preparadas. Otro consejo es aprovechar los alimentos para distintas elaboraciones: los huesos de un pollo o la parte menos comestible de las verduras, son bases perfectas para elaborar caldos o sopas que además se puede congelar para aprovechar más adelante. Bueno con uno mismo, con el bolsillo y con el medio ambiente.
4. Practica el 'meal planning' y congela (mucho). Plantea menús semanales y prepáralos con antelación, ya que esto evitará el momento ''no tengo nada de cena'' que se traduce en ''pedir comida a domicilio''. Además, al cocinar en grandes cantidades un día y congelar las sobras, no existen excusas para no comer sano y sobre todo, rápido.