La piel es el órgano más extenso, cuya principal función es proteger el cuerpo de los agentes climáticos, como es el sol.
Por este motivo, queda expuesta a sufrir diferentes tipos de patologías, como alergias, dermatitis, fotodermatosis o fotosensibilizcion, si no existe una correcta protección.
En este sentido, Inmaculada Canterla, directora de Cosmeceutical Center y farmacéutica especialista en dermocosmética y medicina antiaging, nos explica cómo debemos cuidar la piel y prevenir este tipo de problemas dérmicos, todo ello, gracias a la correcta elección de un protector solar.
Para Canterla, "el uso del filtro solar debe ser a diario, los 365 días del año, incluso si el cielo está tapado o llueve, y se convierte en un elemento imprescindible con la llegada del buen tiempo".
Pero... ¿Cómo saber cuál es el mejor protector solar y qué elementos, como medicamentos, cosméticos o perfumes, pueden actuar como fototóxicos en la piel? La especialista lo detalla:
1. Un buen filtro solar no solo debe proteger de los rayos UVB (responsables de los daños inmediatos sobre la piel, como quemaduras), sino que también debe proteger de los rayos UVA (los daños en el DNA de la piel, las células, los vasos y los tejidos).
2. Escoger filtros físicos, no químicos e inorgánicos que reboten los rayos UV antes que sean absorbidos por la piel. Este tipo de filtros se conocen como sunblock.
3. Evitar los filtros solares que contengan PABA en su formulación, pues el ácido para-aminobezoico puede causar daño celular y hay una mayor incidencia de alergias relacionadas con el uso de PABA y derivados.
4. Deben ser productos estables ante el calor.
5. Se aconseja escoger productos de aplicación sencilla y cómoda para fomentar la reaplicación frecuente del filtro.
6. Los filtros solares deben incluir en su formulación filtros biológicos que no son filtros solares como tal, sino agentes antioxidantes que actúan de sinergia con los filtros de la fórmula, evitando la formación de radicales libres y potenciando el sistema inmunológico de la piel. Las vitaminas A, C y E son las más utilizadas, ya que tienen propiedades que actúan contra el envejecimiento cutáneo y los cánceres de piel fotoinducidos.
7. Lo último en formulación es incorporar a las fórmulas activos para la protección y reparación del ADN, a través de enzimas que han sido aisladas de microorganismos extremófilos y cumplen funciones de reparación del ADN dañado por los rayos UV.
8. Los protectores solares caducan, con el paso del tiempo, sus componentes se van degradando, como cualquier otro producto. Por tanto, no es recomendable utilizar protectores abiertos de un año para otro, ya que eso devalúa el factor de protección. La protección no será del todo completa y se estará en riesgo de sufrir los efectos nocivos del sol.
9. Es básico reaplicar el filtro solar cada dos horas. El SPF es dosis-dependiente, es decir, que para conseguir el SPF que pone en el envase, debemos usar una cantidad de producto igual a la que se usa para determinar que ese producto en dicha cantidad nos provee del SPF que pone en el cartonaje, de lo contrario, no conseguiremos dicho SPF.
10. Existen medicamentos fotosensibilizantes, como anestésicos locales, anticonceptivos orales, antidepresivos, antihistamínicos, antisépticos, benzodiacepinas, laxantes o diuréticos. Además, existen productos fototóxicos, como colorantes, perfumes o esencias que pueden producir reacciones adversas.