Y es que, según Morano, el intrusismo en este sector se está practicando de varias maneras: en el personal no médico, en el médico y en los lugares en los que se realizan los tratamientos.
"En cirugía estética no solo importa el profesional, sino el lugar en el que se realiza"
En el último caso, ha asegurado lo difícil que es denunciar dichas prácticas, ya que “algunos pacientes lo comentan, pero no quieren decir ni el lugar ni dar nombres”.Y es que, según han podido conocer en la Asociación, se reúne a varios pacientes en una habitación de hotel y, posteriormente, se llevan a cabo infiltraciones de toxina botulínica a un precio por debajo del coste del tratamiento.
Por este motivo, Morano muestra su preocupación, ya que, ante estos procedimientos, no solo importa el profesional que lo realiza, sino el lugar en el que se realiza. “La cirugía estética se tiene que llevar a cabo por un médico en un centro adecuado, no te comerías una pizza en un restaurante chino”, ha ejemplificado.
Además, ha explicado que para poder administrar el bótox se tiene que pedir una autorización a Sanidad para poder tener un depósito y si se hacen tratamientos sin seguir estos pasos es porque la mercancía se compra en “el mercado negro o de no se sabe donde”.
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