La primera parte podrá realizarse durante los meses de junio, julio y agosto, y consiste en varios tratamientos a realizar en una única sesión de dos horas.
El paciente recibe un tratamiento exfoliante para pasar a la envoltura de parafangos, mientras que a la vuelta del verano se someterá a un análisis de la piel antes de la sesión de aparatología
Para empezar, el paciente recibe un tratamiento exfoliante con sales del Himalaya, un exclusivo detoxificante y revitalizante para el cuerpo y mente. Gracias a la composición extraordinaria de la sal del Himalaya, rica en minerales esenciales, el tratamiento lleva a cabo una acción exfoliante que luego es utilizada como envoltura corporal durante unos minutos.Tras una reconstituyente ducha, se realizará un efectivo masaje con piedras de sal.
Posteriormente se realizará una envoltura con parafangos (combinación de parafina y fangos) para activar la circulación, drenando la piel con una acción nutritiva y lipolítica. El objetivo es lograr una piel lista para lucir durante las vacaciones. El ritual de belleza finaliza con la aplicación de exclusivos productos cosméticos hidratantes y nutritivos para dar a la piel el toque de perfección final que necesita.
A la vuelta del verano, el cliente se someterá inicialmente a un análisis en la Unidad Científica de la Piel, para comprobar en qué situación vuelve esta del verano (manchas, sequedad…) antes de ponerse manos del personal del Instituto para una sesión de aparatología bioestimuladora de la juventud. El objetivo es detoxificar la piel tras las vacaciones y devolverle la luminosidad y la tersura perdida durante la exposición al sol.
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