Resulta que los filtros solares no respaldan la afirmación de que estos productos reduzcan el riesgo de padecer cáncer de piel. Así lo han determinado las autoridades y los organismos sanitarios. Por este motivo, para ser más eficaces, los fotoprotectores deben complementarse con otras medidas claves:
Los filtros solares no respaldan la afirmación de que estos productos reduzcan el riesgo de padecer cáncer de piel
1. Planear los tiempos de tomar el sol: muchas personas utilizan los protectores solares como la excusa perfecta para permanecer al pleno sol varias horas al día. No obstante, esta es una falsa sensación de seguridad, ya que un exceso de exposición sigue conduciendo a una mayor probabilidad de sufrir quemaduras. Lo más conveniente es no exponerse entre las 10 de la mañana y las dos de la tarde.
2. Ponerse la ropa a ratos: la tela proporciona de por sí un bloqueo natural del sol. Los colores oscuros son más eficaces que los claros. Por eso, si se van a pasar muchas horas al sol conviene ponérsela de vez en cuando para aliviar un rato la piel de los rayos UVA y UVB del sol.
3. Optar por filtros solares “comestibles”: aunque tampoco es un reemplazo para otras formas de protección solar, ciertos alimentos contribuyen a la resistencia al sol en la piel. Entre ellos se incluyen las verduras de hoja verde oscura, que contienen luteína, el té verde, que reduce los efectos del envejecimiento; y los ácidos grasos omega 3, que se encargan de reducir la inflamación de la piel.
4. Extra de vitamina D: esta vitamina fortalece los huesos y el sistema inmunológico y reduce los riesgos de padecer cáncer de mama, colon, riñón y ovario. En este sentido, es importante conocer los niveles naturales para que si existe una deficiencia, tomemos cartas en el asunto a través de la alimentación y de complementos alimenticios.
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