Así debes prepararte antes y después de un vuelo para combatir los efectos del jet lag

Cada persona tiene un ''reloj interno'', que es el encargado de decirnos cuándo tenemos sueño, cuándo debemos dormir o cuándo comer, y cuando este reloj se adelanta o retrasa bruscamente debido a un largo viaje, se sufre el conocido jet lag.

El jet lag es un trastorno del sueño que se produce cuando viajamos lejos de nuestro lugar de origen
El jet lag es un trastorno del sueño que se produce cuando viajamos lejos de nuestro lugar de origen
Estetic
10 agosto 2019 | 22:00 h
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El verano es la estación favorita de muchos, ya que esto implica viajar y conocer otros lugares. Sin embargo, es aquí cuando aparece el temido jet lag, ese trastorno del sueño que se produce cuando viajamos lejos de nuestro lugar de origen.

Y es que, cada persona tiene un ''reloj interno'', que es el encargado de decirnos cuándo tenemos sueño, cuándo debemos dormir o cuándo comer, y cuando este reloj se adelanta o retrasa bruscamente debido a un largo viaje, se sufre el conocido jet-lag, que cada persona manifiesta de diferente forma.

Por todo ello, Paz Torralba, directora de los centros de belleza The Beauty Concep, nos da unas pautas para antes y después de un vuelo que implique sufrir los efectos del temido jet lag, que suele durar entre 3 y 7 días.

ANTES DEL VUELO

1. Si podemos, intentar adaptarnos unos días antes de viajar a nuestro destino final y adaptarnos a sus horarios.

2. Si reservamos el viaje con tiempo, elegir bien los horarios del vuelo al destino elegido para aminorar las horas de diferencia que tengamos. Si viajamos de noche y donde llegamos es de día, intentar dormir en el avión, para que cuando lleguemos nos incorporemos al día a día del destino elegido. Si no podemos dormir de forma natural, podemos ayudarnos de infusiones relajantes, valeriana, melatonina, etc. Si, por el contrario, aterrizamos de noche en el lugar al que viajamos, será mejor no dormir en el avión y retomar el sueño en destino.

3. Procurar subir al avión sin estrés y relajados para no alterarnos en el vuelo y llegar descansados.

4. Movernos en el avión cada una o dos horas durante unos quince minutos para así evitar posibles problemas cardiovasculares que puedan surgir. 

5. Hidratación. Viajar en avión añade un extra de estrés a nuestra piel, y esto se debe a varios motivos. Debemos hidratarnos por dentro y por fuera, así que habrá que empezar bebiendo agua de forma continuada. Además, la sequedad de la cabina es elevada para garantizar su presurización, para lo que es necesario el bombeo constante de aire del exterior que tiene una humedad muy inferior a la que estamos acostumbrados. Esto provoca que las mucosas se resequen y la piel pueda volverse tirante. Si la piel es seca, se resecará aún más y, si es grasa, producirá más sebo de lo normal. Hidratar de forma continuada la piel y los labios, es ideal; para ello debemos ir preparados de muestras de cremas o ajustarnos a las medidas que dejan subir en cabina de líquidos.

6. Atención especial a las ojeras y las bolsas, para lo que debemos ayudarnos bebiendo agua, y aplicar productos en el contorno de los ojos con un ligero masaje de drenaje linfático.

7. No olvidar un colirio en los ojos, ya que estos también sufren esta deshidratación.

8. Especial atención a la retención de líquidos por inmovilidad y por los cambios de presión: beber de nuevo mucha agua nos ayudará en la eliminación de toxinas y evita en gran medida la hinchazón de las piernas. 

9. Evitar el alcohol ya que deshidrata la piel, favorece la hinchazón y nos hace sentir mucho más cansados.

10. Viajar con ropa holgada y cómoda y evitar cinturones.

11. Especial atención a la alimentación en el viaje porque regula nuestro cuerpo; las comidas proteicas (carne, pescado, huevos, soja) proporcionan más energía, mientras que las ricas en carbohidratos (pan, pasta, arroz) potencian la somnolencia.

12. Es mejor evitar la cafeína, ya que da energía, pero luego produce un descenso brusco de la misma.

EN EL LUGAR DE DESTINO

Una vez que llegamos al destino e, incluso cuando ha finalizado el viaje y ya adaptados de nuevo a la vida normal, es importante hacer ejercicio a diario; y acudir a un centro médico estético y realizar algún tratamiento post jet lag. Algunas propuestas muy beneficiosas son: drenajes linfáticos y presoterapia para bajar la retención de líquidos; masajes manuales para moldear el cuerpo; tratamientos détox para eliminar toxinas; y tratamientos de Indiba o LPG.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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