Aproximadamente un 3% de la población padece hiperhidrosis (sudoración excesiva) o bromhidrosis (mal olor al sudar),un problema social que genera complejos y perjudica las relaciones sociales y las actividades profesionales. Hasta ahora, las únicas terapias existentes para este problema eran la toxina botulínica, con duración de 6 a 9 meses, o la cirugía o simpatectomía transtorácica, que consiste en cortar el nervio simpático, responsable de la sudoración.
Por ello, el doctor Moises Amselem nos presenta un nuevo tratamiento mini invasivo, aprobado por la FDA, que acaba permanentemente con el sudor. Se trata de una nueva tecnología conocida con el nombre de Miradry, del que se llevan realizados más de 100.000 tratamientos en todo el mundo, sobre todo en USA y Japón, con una alta seguridad y eficacia.
Pero, ¿en qué consiste? En una terapia física con un dispositivo altamente eficaz a base de microondas que, de forma controlada es capaz de producir una energía que genera calor y produce una destrucción selectiva de estas glándulas. A este procedimiento se le conoce como termólisis planificada. Un enfriamiento simultáneo y continuo de la piel protege la capa superficial durante todo el procedimiento.
Aproximadamente un 3% de la población padece hiperhidrosis (sudoración excesiva) o bromhidrosis (mal olor al sudar)
Para realizar el tratamiento, en primer lugar se determina el área específica del sudor, mediante el test de Minor, aplicando povidona yodada (betadine) en la zona y expolvoreando a continuación sobre la misma, harina de almidón (maizena), para delimitar de forma más precisa el área donde se aplicará el tratamiento.
Seguidamente se aplican unas plantillas a modo de calcomanía, para aplicar con exactitud el manípulo de microondas en cada zona, sin sobredosificar energéticamente la misma. Se anestesia la zona, para anular por completo el dolor y favorecer la penetración de la onda de calor. El tratamiento en sí, tiene una duración por axila de unos 20 minutos. Al finalizar se aplica frío local.
En cuanto al número de sesiones necesarias, depende de cada diagnóstico. En una sesión desaparece por completo el mal olor y de un 50 a 60 por ciento el sudor. En una segunda sesión, si precisa, que se realizaría a los 2 a 3 meses tras la primera, desaparece casi el 80% del sudor.
Sus efectos secundarios no son muy graves. Durante unos días el paciente sentirá la zona edematizada como si estuviera almohadillada. Por otra parte, se produce una ligera pérdida transitoria de sensibilidad que podría durar algunas semanas.