Esta nueva y revolucionaria técnica se basa en un concepto más emocional y humano, además de eficiente y preciso.
Después del análisis facial se aplica el tratamiento personalizado a cada paciente
A través de un análisis facial integral y los tratamientos adecuados, el paciente puede saber cómo será su sonrisa y probarla directamente en su boca. Se tienen en cuenta los cuatro factores más importantes: color, forma, posición y rasgos faciales. A partir de ahí se crea una simulación real de la sonrisa.
La textura es el elemento diferenciador que ha convertido en esta tecnología en la única capaz de lograr un resultado con la mejor calidad.
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