La toxina botulínica y los rellenos con ácido hialurónico son dos de los tratamientos más habituales en medicina estética para rejuvenecer el rostro. Sus efectos son temporales, así que para seguir disfrutando de sus beneficios hay que repetirlos cada cierto tiempo.
La doctora Gema Pérez Sevilla, cirujana y experta en medicina estética facial, explica cuánto tiempo duran los efectos y cuándo acudir a la consulta.
El popular bótox es una sustancia que tiene la capacidad de relajar las fibras musculares, permitiendo así controlar la excesiva contracción de los músculos que producen las arrugas en la gesticulación. Se aplica sobre los músculos faciales cuya acción deseamos disminuir.
Para obtener los mejores resultados es imprescindible que el profesional posea un profundo conocimiento de la musculatura del rostro. Así se consigue, además, un resultado natural que mantenga la expresión de cada persona.
Sirve para atenuar y eliminar las arrugas de expresión, como patas de gallo, arrugas de la frente y del entrecejo, principalmente. Se utiliza en el tercio superior del rostro.
La toxina botulínica y los rellenos con ácido hialurónico son dos de los tratamientos más habituales en medicina estética para rejuvenecer el rostro
Su aplicación es sencilla y apenas dolorosa, porque se usan agujas de pequeño tamaño, lo que no suele provoca hematomas, solo una leve inflamación en el punto de inyección que desaparece en unos minutos.
¿Resultados? Piel mucho más lisa, relajada y libre de arrugas, sobre todo en movimiento. Los resultados se aprecian desde la primera semana. ¿Cuánto dura? Entre 4 y 8 meses, dependiendo de cada paciente.
En relación a cada cuánto acudir a la consulta, si es la frente y el entrecejo, dos veces al año cada 6 meses y si son las patas de gallo, 3 veces al año, porque sus efectos duran menos.
Por otro lado, los rellenos y tensores faciales son uno de los recursos más eficaces en medicina estética para luchar contra el envejecimiento de la piel. Ayudan tanto a eliminar las arrugas, como a recuperar el volumen perdido, haciendo frente así a la flacidez.
El producto más utilizado es el ácido hialurónico, porque es natural, y por lo tanto muy bien tolerado, porque hidrata profundamente (algo esencial para luchar contra los signos de la edad en la piel) y porque llega a las capas más profundas, actuando como un auténtico ''andamio'' y promoviendo la producción de colágeno, básico también para una piel joven.
Se puede utilizar en todo el rostro tanto para tratar arrugas medias, finas y profundas, como para reponer volúmenes perdidos y tensar los tejidos. Se pueden tratar: cejas, pómulos, mentón, mandíbula, labios, ojeras, surco nasogeniano, pliegue de amargura, cuello, arrugas den el entrecejo y en la frente y patas de gallo.
El ácido hialurónico induce una regeneración de la piel en profundidad, además del efecto de corrección e hidratación, borrando las arrugas y tensando la piel para que se vea más firme y elástica.
Puede llegar a durar hasta 2 años. Aunque el producto se haya reabsorbido, el efecto de corrección perdura más tiempo, debido a la regeneración del colágeno y del propio ácido hialurónico en la piel. La duración depende de la zona tratada y de la densidad del producto utilizado. Cuánto más denso sea el ácido hialurónico y si está orientado a recuperar volúmenes más dura.