La piel está unida a los músculos faciales, de tal forma que el estrés y las tensiones emocionales prolongadas producen adherencias en los tejidos, lo que provoca pérdida de elasticidad y mala irrigación sanguínea; se pierde tono, luminosidad y aparecen arrugas. Por tanto, si tensamos y relajamos voluntariamente los músculos de la cara, aprendemos a controlar nuestras expresiones faciales y a minimizar las líneas de expresión y arrugas.
¿Cómo hacerlo? Con el yoga facial, una técnica basada en una serie de ejercicios que permite tonificar y relajar los músculos de la cara, cráneo y cuello, de tal manera que se mantengan con un tono muscular adecuado, obteniendo asimismo una mejor irrigación sanguínea y unos rasgos faciales más atenuados y relajados.
Y es que, según el director del nuevo centro de medicinas naturales Sanis Natura, Juan Manuel Medina, y las especialistas en yoga Pilar Caña y Cristina Caldeiro, ''el yoga facial retrasa el envejecimiento de nuestros músculos; moldea nuestros rasgos; mejora la irrigación sanguínea, lo que significa que generamos más colágeno, más nutrición y más oxigenación de los tejidos; tonifica toda la musculatura facial; nos mantiene unas expresiones faciales más suaves y naturales; y disuelve tensiones faciales y craneales, entre otras muchas cosas''.
El yoga facial es una técnica basada en una serie de ejercicios que permite tonificar y relajar los músculos de la cara, cráneo y cuello
Asimismo, al igual que cualquier masaje tiene efectos relajantes para el individuo, también lo tiene para su mente. Esto se debe a que al realizar una serie de ejercicios sobre nuestros músculos faciales se incide en puntos de la medicina tradicional china y de la reflexología facial, que inducen a un estado de relajación mental y de equilibrio psíquico. Paliamos nuestro estrés (y el insomnio asociado muchas veces al mismo). También el masaje facial ayuda a devolvernos a nuestra mente el equilibrio emocional.
Por otro lado, con estos ejercicios y masajes se consiguen unos resultados incluso mejores que los obtenidos con los tratamientos tradicionales (que suelen ser más invasivos), ya que aprovechamos los recursos de nuestro cuerpo, y técnicas totalmente naturales, que es lo que ahora realmente está de moda; conseguir mejorar nuestra salud y belleza con métodos naturales.
Además, es una técnica que puede hacerse en casa, eso sí, ''siempre que sepamos hacer los ejercicios correctamente. Para ello es necesario aprender esos ejercicios con un profesional'', señalan los expertos. No obstante, no todos los ejercicios son aptos para todo el mundo. Por ejemplo, los ejercicios que corresponden a los labios y el mentón están contraindicados en mujeres embarazadas. Por tanto, el terapeuta profesional debe personalizar cada caso para evitar posibles inconvenientes.
En definitiva, es un método que con constancia y tesón nos permitirá ver resultados visibles en apenas uno o dos meses.