El insomnio puede llegar a ser desesperante, ya que provoca cansancio, irritabilidad y falta de concentración. Para combatirlo, muchas personas suelen recurrir a los somníferos, unas pastillas específicas para dormir.
No obstante, tal y como indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ''estos medicamentos no deben tomarse a la ligera. Pasadas unas cuatro semanas de tratamiento conviene empezar a dejarlas, ya que en seguida crean dependencia (si se dejan de tomar, aparecen síntomas de abstinencia); y además, crean tolerancia, lo que implica que a la misma dosis el efecto terapéutico va disminuyendo''.
Según el tipo de somnífero, pueden aparecen los siguientes efectos secundarios: mareos, dolor de cabeza, somnolencia prolongada, problemas gastrointestinales, problemas de memoria o rendimiento y alguna reacción alérgica grave.
Se necesita mucha precaución con la toma de estos medicamentos puesto que ''pueden afectar su capacidad para conducir y realizar actividades que exijan estar alerta la mañana después de tomarlos''
En base a estos efectos, durante el tratamiento debe evitarse el consumo de alcohol, ya que este puede aumentar el efecto sedante. ''Incluso una pequeña cantidad de alcohol combinada con los somníferos puede provocar mareos, confusión o desmayos. También puede provocar una reducción peligrosa del ritmo de la respiración o falta de reacción. De hecho, el alcohol puede causar insomnio'', explica Mayo Clinic.
Además, la Agencia del Medicamento en Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés), señala que se necesita mucha precaución con la toma de estos medicamentos puesto que ''pueden afectar su capacidad para conducir y realizar actividades que exijan estar alerta la mañana después de tomarlos''.
En este sentido, para hacer un buen uso de estos medicamentos y de todos en general, la OCU recomienda tener en cuenta algunas reglas básicas: revisar periódicamente los medicamentos que tomas; asegurarse de que existen otras alternativas que no impliquen el consumo de medicamentos; tomar solo los medicamentos necesarios y por un periodo de tiempo determinado; y tener en cuenta los efectos secundarios que pueden aparecer.