Lorazepam: para qué se utiliza

Lorazepam es un tranquilizante-ansiolítico (evita el nerviosismo y la ansiedad) que actúa sin influenciar en las actividades normales del individuo.

Citalopram (Foto. Freepik)
Citalopram (Foto. Freepik)
Patricia Merino - Redactora
12 enero 2022 | 10:00 h
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Lorazepam es un tranquilizante-ansiolítico (evita el nerviosismo y la ansiedad) que actúa sin influenciar en las actividades normales del individuo. Se utiliza para el tratamiento a corto plazo de todos los estados de ansiedad y tensión asociados o no a trastornos funcionales u orgánicos, incluyendo la ansiedad asociada a depresión y la ligada a los procedimientos quirúrgicos y/o diagnósticos, y en preanestesia; y para trastornos del sueño.

Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), no se debe tomar lorazepam en los siguientes casos: si eres alérgico al medicamento, si te han diagnosticado miastenia, gravis, si padeces insuficiencia respiratoria severa, si tienes apnea del sueño o si tienes una enfermedad grave del hígado.

Lorazepam es un tranquilizante-ansiolítico (evita el nerviosismo y la ansiedad) que actúa sin influenciar en las actividades normales del individuo

''La dosis inicial recomendada en los estados de ansiedad es de 0,5 a 3 mg diarios divididos en varias tomas, administrados por vía oral, con o sin alimentos. Esta dosis puede aumentarse o disminuirse de acuerdo con las necesidades o edad del paciente y a criterio del médico. De forma general, la duración total del tratamiento no debe superar las 8-12 semanas, incluyendo la retirada gradual del mismo'', explica la Aemps.

Por otro lado, en el tratamiento del insomnio, el tratamiento debe comenzarse con la dosis más baja recomendada, 1 mg en dosis única al acostarse, aumentándola paulatinamente hasta conseguir la dosis eficaz. No debe excederse la dosis máxima de 4 mg. ''De forma general la duración del tratamiento debe ser lo más corta posible, pudiendo variar desde unos días hasta dos semanas, con una duración máxima de cuatro semanas, si se incluye la retirada gradual del medicamento'', especifica la Aemps.

Al igual que todos los medicamentos, este medicamento puede producir efectos adversos, aunque no todas las personas los sufran. Entre los frecuentes y muy frecuentes, la Aemps destaca: confusión, depresión, sensación de ahogo, mareos, debilidad muscular y cansancio.

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