Rosácea: síntomas, causas y tratamiento

La rosácea es una patología dermatológica que cursa con un enrojecimiento de la zona central del rostro.

La rosácea es una enfermedad que cursa con brotes que afecta principalmente a las zonas centrales del rostro. (Foto. Pixabay)
La rosácea es una enfermedad que cursa con brotes que afecta principalmente a las zonas centrales del rostro. (Foto. Pixabay)
Patricia Merino - Redactora
13 diciembre 2021 | 16:00 h
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La rosácea es una patología dermatológica que cursa con un enrojecimiento de la zona central del rostro. Se caracteriza por su cronicidad (a día de hoy no tiene cura) y porque se presenta en forma de brotes (momentos en los que los síntomas se agudizan).

''Se estima que afecta al 5,5% de la población, aunque solo el 1% la tiene diagnosticada. Entre los motivos de este hecho, están el desconocimiento de la existencia de la enfermedad y de sus síntomas y a que estos desaparezcan (o atenúen en gran medida) en determinadas épocas del año'', señala la doctora Concetta D'Alessandro, dermatóloga del Instituto de Dermatología Integral (IDEI).

La rosácea es una patología dermatológica que cursa con un enrojecimiento de la zona central del rostro

Según la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), se manifiesta con rubor frecuente, enrojecimiento transitorio o permanente, telangiectasias, pápulas y pústulas con exacerbaciones y remisiones periódicas. Cuando la rosácea progresa, pueden desarrollarse otras alteraciones como compromiso ocular, descamación, edema, engrosamiento de la piel, especialmente notorio y característico cuando afecta a la nariz.

¿Por qué aparece? En la actualidad no se sabe el motivo exacto por el que se desarrolla la rosácea, pero sí se conocen algunos factores que influyen en su aparición: predisposición genética, sexo, funcionamiento inadecuado del sistema inmunitario, problemas vasculares que se traducen en vasodilatación, proliferación del ácaro demodex folliculorum a nivel cutáneo y factores externos.

En cuanto al tratamiento, en casos leves se pueden indicar cremas hidratantes, emolientes y vasoconstrictoras, para reducir la tirantez, la quemazón y reducir la aparición de arañas vasculares. También pueden ser necesarios los antibióticos, tanto orales como tópicos, para evitar infecciones cuando existen granos y pústulas.

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