MIR de Bioquímica Clínica: “Nuestro papel es fundamental, no somos cuatro frikis de laboratorio”

Hablamos con Ismael, el primer médico en elegir Bioquímica Clínica en el MIR de 2021, para conocer más acerca de esta especialidad que tan poco tirón suele tener entre estos profesionales

Lo más habitual, cuando una persona decide estudiar Medicina, es que le guste el contacto directo con el paciente, atenderle en su consulta y tratar de solucionar los problemas que pueda tener. Sin embargo, no toda resolución de problemas se hace de manera directa, sino que también hay profesionales que trabajan “desde la barrera”, en ámbitos que se alejan de la asistencia más puramente clínica. Y sí, algunos de ellos son médicos, que, como Ismael, un joven residente que está a punto de especializarse en Bioquímica Clínica en el Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla, comprendieron en mitad de la carrera que la labor con la que más se les suele asociar no era lo suyo.

“Yo me di cuenta cuando estaba en cuarto curso, pero claro, ya que había llegado hasta ahí, no la iba a dejar. Total, que le eché valor y la terminé, pero después no sabía muy bien qué es lo que quería hacer con mi vida. Solo tenía claro que no quería trabajar como un médico normal”, recuerda Ismael en una entrevista concedida a ConSalud.es. Pasaron tres o cuatro años hasta que, finalmente, comenzó a informarse por su cuenta, y descubrió que había especialidades cuyo ámbito de actuación era el laboratorio.

“A mi nadie me lo explicó durante la carrera de Medicina. O, si lo hicieron, no presté mucha atención”, asegura el médico gaditano, quien reconoce que su caso, eso sí, fue una excepción: a la inmensa mayoría de sus compañeros, lo que les gustaba era el trato directo con los pacientes. Aun así, reivindica, en la universidad se debería profundizar más en estas especialidades de laboratorio, “porque lo cuentan tan por encima que nadie le echa cuenta”: “Yo no sabía que en los laboratorios también trabajan médicos”.

“A mi nadie me lo explicó durante la carrera de Medicina. O, si lo hicieron, no presté mucha atención”

Actualmente, hay en nuestro país cuatro especialidades de laboratorio que tienen a médicos en sus servicios y a las que se puede acceder vía MIR (Médico Interno Residente): Inmunología, Microbiología y Parasitología, Análisis Clínicos y Bioquímica Clínica. Ismael se decidió por esta última -“también me llamaba Análisis Clínicos, o incluso Anatomía Patológica”-, siendo el primero en elegirla en la convocatoria de Formación Sanitaria Especializada de 2021. Y, aunque lo hizo con número de orden 4.997 -es decir, que por delante de él hubo casi 5.000 personas que no la escogieron-, fue la primera vez que su especialidad arrancaba de manera más temprana desde el 2010.

Además, Bioquímica Clínica solo oferta cuatro plazas para médicos, por las veinte que destina a biólogos (BIR), quince a farmacéuticos (FIR) y once a químicos (QIR). Ismael, siendo de Cádiz, se puso un objetivo entre ceja y ceja: hacerse con la que ofertaba el Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla -en 2025 están repartidas entre Madrid, Aragón y Canarias-, donde además tenía conocidos. “Yo tenía claro que esa plaza era para mí. Igual me llevaba una sorpresa, pero dudaba que algún médico la eligiese”, señala.

REIVINDICAR SU PAPEL

Como mencionábamos al comienzo del artículo, Ismael está a solo tres meses de terminar su residencia y convertirse oficialmente en especialista en Bioquímica Clínica. Esta muy contento por su elección hace cuatro años y “orgulloso” de la evolución que ha tenido como profesional, porque, para él, insiste, el laboratorio era un sitio “totalmente desconocido”: “Cuando entré, no sabía ni cómo se cogía una pipeta”. De hecho, añade, una de las mejores cosas que tiene su especialidad en compartir espacio con otros profesionales, ya que cada uno aporta su visión en el trabajo diario. “A lo mejor yo sé más de fisiología o de clínica, pero mis compañeros saben más de técnicas analíticas, que yo de eso no tenía ni idea. La diversidad siempre es buena, todos aprendemos de todos”.

Lo que menos le ha gustado, haciendo balance, fueron los seis meses en los que tuvo que hacer guardias de urgencias, cuando ya se había mentalizado de que iba a estar en el laboratorio “huyendo precisamente de todo eso”: “Fue muy traumático, la verdad”. Por el contrario, se la ha quedado corta la rotación de cuatro meses “viendo lo más básico” por la parte de genética y de biología molecular, “que es inabarcable”. De hecho, expresa Ismael, ahora que están cerca de crearse las especialidades de Genética Clínica y de Genética de Laboratorio, él seguramente habría elegido esta última en su promoción.

"Los clínicos no hacen prácticamente nada sin nosotros"

Otra especialidad que está a punto de crearse es la de Laboratorio Clínico. En su caso, nacerá de la fusión de Bioquímica Clínica y Análisis Clínicos, dada la “similitud” entre ambas que ha justificado el Ministerio de Sanidad. Ismael lo corrobora. “Me alegra que las hayan unido, porque no tenía ningún sentido que hubiese dos bolsas cuando prácticamente el 100% de la formación que hacemos es igual. La única diferencia, al menos en el Macarena, es que yo no roto por la sección de microbiología, aunque me consta que en otros hospitales de España sí que lo hacen”, explica Ismael.

Cuando acabe le gustaría quedarse en Andalucía, pero está abierto a cualquier hospital de España que le llame, aunque esté en la otra punta. “Hay que recalcar que el papel del médico de laboratorio es fundamental para que luego el clínico trabaje correctamente. Cualquier diagnóstico, monitorización de tratamiento… sin nosotros no hacen prácticamente nada, y no somos cuatro frikis, como se piensan algunos”, sentencia.

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