El conflicto de intereses de la dueña de la patente de Reticare

Según sus creadores, la luz azul de estos dispositivos y la cercanía con la que se usan, dañan la vista, e incluso, pueden llegar a tener degeneración macular.

Celia Sánchez Ramos, dueña de la patente de Reticare
Celia Sánchez Ramos, dueña de la patente de Reticare
Lorena García - Redactora
18 febrero 2019 | 00:00 h
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"Reticare, el único protector ocular para pantallas que bloquea la luz de alta energía", es lo que asegura la firma en su página web, junto con "basado en claras y contundentes evidencias científicas". Pero, ¿qué hay de cierto en dichas afirmaciones?

Reticare es un producto desarrollado por la doctora Celia Sánchez Ramos, investigadora de la Facultad de Óptica y Optometría de la Universidad Complutense de Madrid.

Los dispositivos como smartphones y tablets emiten luz. Tanto en los terminales que utilizan pantallas LED como los que emplean pantallas LCD, una parte de esa radiación corresponde a luz azul.

De acuerdo a Reticare, la luz azul emitida por los dispositivos móviles es "tóxica", pero esta afirmación se basa en investigaciones realizadas por Celia Sánchez

La luz blanca emitida se consigue gracias a LED azules recubiertos de dos capas de fósforo. Pues, de acuerdo a Reticare, la luz azul emitida por los dispositivos móviles es "tóxica", motivo por el que la compañía vende unos filtros amarillos que, al interponerse entre las pantallas y los ojos, protegerían a nuestra vista de un efecto al que denominan "fototoxicidad".

Estas afirmaciones se basan en investigaciones realizadas por Celia Sánchez, quién precisamente, cuenta con la patente de los filtros que utiliza la empresa Reticare. ¿Conflicto de intereses tal vez?

Cuando presentaron el filtro Reticare allá por el año 2013, fue Celia Sánchez quién relató que "en el concreto caso de una exposición directa de ese tipo de iluminaciones a células del epitelio pigmentario de la retina se reduce la muerte celular en un 89%".

De esta forma resumía los resultados de un estudio realizado por su equipo en células del epitelio pigmentario de la retina y no en modelos animales o seres humanos que concluía que la iluminación LED provocaba el "suicidio" (apoptosis) del 66-89% de las células.

Este alto porcentaje podría hacer saltar todas las alarmas, ¿pero son estas condiciones las que se dan en la vida real? Es decir, ¿cómo no va a decir que es estrictamente necesario el filtro la persona que tiene un porcentaje por los beneficios generados por sus ventas?

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