"La mayoría de los reumatólogos prefieren mantener el producto de referencia cuando la respuesta es buena"
Actualmente en Europa, dentro de la especialidad de reumatología, sólo hay biosimilares de infliximab, un fármaco indicado para tratar la enfermedad inflamatoria intestinal. Lo previsible dadas sus características y los exigentes controles previos a su comercialización es que su seguridad y eficacia sean similares al fármaco de referencia, si bien son necesarios estudios de farmacovigilancia a largo plazo para su evaluación y seguimiento, por lo que “en el momento actual no se recomienda el intercambio masivo entre el innovador y su biosimilar, especialmente en los pacientes que están bien controlados”, explica el presidente de la SER, José Vicente Moreno.No obstante, este especialista, reumatólogo del Hospital Universitario La Paz de Madrid, ha añadido que en países como Noruega y Dinamarca ya se han empezado a hacer estudios comparativos y sustitutivos en grupos de pacientes que recibían el fármaco de referencia. Por tanto, “gracias a estas investigaciones, en un plazo medio de tiempo, podremos tener más datos sobre los aspectos anteriormente reseñados”.
La adherencia es mayor en medicamentos biológicos y en monoterapia, que en el tratamiento combinado
Respecto a la intercambiabilidad entre medicamentos, a juicio del especialista, “hasta la fecha, la mayoría de los reumatólogos prefieren mantener el producto de referencia cuando la respuesta es buena. Además, los medicamentos de referencia han bajado sus precios, a lo que habría que sumar la optimización de tratamientos y reducción de dosis que se está llevando a cabo en determinados pacientes, lo que ya se traduce en un ahorro parcial”.“En el momento actual, los pacientes en los que los fármacos biosimilares podrían ser de primera elección son aquellos en los cuales dicho medicamento está indicado y no han recibido el biológico de referencia anteriormente”, puntualiza el doctor Martín Mola.
ADHERENCIA A LOS TRATAMIENTOS
Por otra parte, la psicóloga de la Universidad Camilo José Cela de Madrid, Marta Redondo, ha asegurado que “los pocos trabajos que evalúan de forma explícita las diferencias en adherencia entre biológicos y los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (Farme) coinciden en señalar una mayor adherencia entre los primeros, con tasas que varían entre el 55-73% en el caso de los Farme y el 68-98% en los biológicos”. También los estudios muestran que la adherencia es mayor en monoterapia que en el tratamiento combinado.
Los factores sociodemográficos como el sexo, el nivel cultural, la situación laboral, etcétera, no influyen de forma significativa en la adherencia a los fármacos biológicos. “Sólo la edad parece predecir una mejor adherencia conforme aumenta, hasta los 60 años. A partir de esa edad, la adherencia empeora”, según recogen las revisiones científicas.
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