El mercado global de vacunas está marcado por el suministro limitado y la distribución desigual

La OMS critica la disparidad de precios, la fabricación concentrada en un reducido número de países y que los fabricantes no inviertan los suficiente si no existe un potencial beneficio económico.

Vacunación contra la Covid-19 en Ghana (Foto. WHO Africa Region)
Vacunación contra la Covid-19 en Ghana (Foto. WHO Africa Region)
Ángel Luis Jiménez
10 noviembre 2022 | 17:45 h
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Las vacunas se erigen como uno de los grandes aliados en términos de prevención para salvaguardar la salud pública a nivel global. Una posición que se ha visto férreamente reforzada como consecuencia de la crisis sanitaria provocada por el SARS-CoV-2, pero que también ha puesto de relieve la preocupante brecha que existe a nivel global. Mientras los países con mayores recursos económicos pudieron cerrar acuerdos previos de compra antes incluso de que los candidatos a vacuna contra la Covid-19 recibieran luz verde por parte de los organismos reguladores pertinentes, las naciones con menos recursos continúa aún, a día de hoy, reportando coberturas vacunales que distan mucho de las deseadas con los consiguientes riesgos para la salud que esto implica.

Con esta fotografía de fondo la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado el "Informe del Mercado Mundial de Vacunas 2022". Un análisis que evidencia que la distribución desigual de las vacunas entre los distintos países no es un problema que afecta únicamente a la Covid-19, sino que se extiende a los sueros destinados a la lucha contra un amplio abanico de enfermedades.

El informe señala que a pesar de los avances que se han logrado en las últimas décadas, la dinámica del mercado mundial de vacunas no es totalmente propicia al desarrollo, suministro y acceso global a sueros que son fundamentales para la salud pública. “Las vacunas priorizadas por la OMS no se están desarrollando ni se está invirtiendo en ellas debido a que el potencial de ganancias es limitado”, denuncia la agencia de salud de la ONU.

El documento indica que los países de bajos ingresos han tenido dificultades para acceder a vacunas que se consideran como “críticas”, tales como los sueros frente a la Covid-19 o el virus del papiloma humano en 2021, debido a la alta demanda que de estas se realiza desde los países más ricos. Una situación que se traduce en regiones del mundo que dependen casi por completo de otras para el suministro de vacunas y poder poner en marcha los servicios de inmunización de rutina, fundamentales para prevenir enfermedades y reducir la mortalidad.

MUCHO MÁS QUE UN PROBLEMA DE DISTRIBUCIÓN

La disparidad global derivada del suministro global de vacunas es más que evidente. La referida vacuna contra el virus del papiloma humano, vital en la prevención del cáncer de cuello uterino, solo se ha introducido en el 41% de los países de bajos ingresos, a pesar de que es en estos donde la enfermedad reporta una mayor carga. La vacuna contra el virus del papiloma humano ya ha sido introducida por el 83% de los países de altos ingresos, de acuerdo con los datos de la OMS.

“Las vacunas priorizadas por la OMS no se están desarrollando ni se está invirtiendo en ellas debido a que el potencial de ganancias es limitado”

Peor no se trata únicamente de un problema de distribución. El precio de las vacunas se presenta como un importante obstáculo. “Si bien los precios tienden a estar escalonados según los ingresos, las disparidades de precios hacen que los países con ingresos medios paguen tanto o incluso más que los ricos por varios productos de vacunas”, denuncia la OMS a través de un comunicado.

“El derecho a la salud incluye el derecho a las vacunas”, ha aseverado el director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Sin embargo, este nuevo informe muestra que la dinámica del libre mercado está privando a algunas de las personas más pobres y vulnerables del mundo de este derecho. La OMS está pidiendo cambios muy necesarios en el mercado global de las vacunas para salvar vidas, prevenir enfermedades y prevenir futuras crisis”.

16.000 MILLONES DE VACUNAS EN 2021

Los datos del informe revelan que en 2021 se suministraron aproximadamente 16.000 millones de dosis de vacunas por un valor de 141.000 millones de dólares, casi tres veces el volumen de mercado registrado en 2019 (5.800 millones de dólares) y casi tres veces y media el valor de mercado de 2019 (38.000 millones de dólares). Un aumento fundamentalmente motivado por las vacunas contra la Covid-19, “lo que demuestra el increíble potencial de cómo se puede ampliar la fabricación de vacunas en respuesta a las necesidades de salud”, apostilla la OMS.

Es cierto que la capacidad de fabricación de vacunas a nivel global ha aumentado, pero el principal problema es que continúa estando muy concentrada. Tanto solo 10 fabricantes son los encargados de proporcionar el 70% de las vacunas (excluyendo los sueros contra la Covid-19). Lo más preocupante es que varias de las 20 vacunas más utilizadas en todo el mundo, como las del sarampión o la rubéola, dependen actualmente de tan solo dos proveedores.

“Si bien los precios tienden a estar escalonados según los ingresos, las disparidades de precios hacen que los países con ingresos medios paguen tanto o incluso más que los ricos por varios productos de vacunas”

“Esta base de fabricación concentrada conlleva el riesgo de escasez, así como la inseguridad del suministro regional. En 2021, las regiones de África y el Mediterráneo Oriental dependían de fabricantes con sede en otros lugares para el 90% de sus vacunas adquiridas. Los monopolios de propiedad intelectual arraigados y la transferencia de tecnología limitada limitan aún más la capacidad de construir y utilizar la capacidad de fabricación local”, critica la OMS.

ESCASEZ GLOBAL DE CIERTAS VACUNAS

Pero los problemas no acaban ahí. La salud de los mercados también preocupa en relación a varias vacunas que se utilizan de forma común ante emergencias sanitarias. Hablamos de las vacunas contra el cólera, fiebre tifoidea, viruela del mono, ébola o enfermedad meningocócica. La demanda de estas vacunas aumenta de forma repentina en función de los brotes que se vayan produciendo por lo que no se puede establecer un suministro predecible. “La continua inversión limitada en estas vacunas podría ser devastadora para la vida de las personas”, asegura la OMS. En este sentido y, debido al repentino aumento de casos de cólera en un contexto de escasez de vacunas, la pauta vacunal de dos dosis ha pasado de dos a una.

“La Covid-19 ha demostrado que las vacunas se pueden desarrollar y distribuir rápidamente, con un proceso que dura una media de 10 años, pero nunca menos de cuatro, comprimido a 11 meses. La pandemia también ha expuesto la necesidad de reconocer las vacunas como un bien público y fundamental rentable, en lugar de ser una mercancía”, detalla la OMS.

Con el objetivo de impulsar acciones más ambiciosas que logren brindar un acceso equitativo a las vacunas, el informe insta a los gobiernos a actuar en el desarrollo de planes de inmunización claros e inversiones más agresivas, supervisión más estricta del desarrollo, mejorar la producción y distribución de las vacunas, establecer centros regionales de investigación y fabricación, así como establecer normas de preacuerdos para la colaboración gubernamental en tiempos en los que se produzca escasez de vacunas. La OMS incide además en modificar las patentes de propiedad intelectual para que se produzca un mayor y mejor acceso global a los sueros.

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