"Plan de Acción Trabajando por la Salud": el camino para fortalecer los sistemas de salud

Este acuerdo, nacido en la última Asamblea Mundial de la Salud, establece prioridades políticas para aumentar la capacidad de la fuerza laboral en tres dimensiones: planificación y financiación, educación y empleo, y protección y rendimiento.

La salud mental de los sanitarios, comprometida. (Foto. Freepik)
La salud mental de los sanitarios, comprometida. (Foto. Freepik)

La Covid-19 ha enfrentado a la humanidad a la peor crisis sanitaria que hemos vivido en, al menos, los últimos 100 años. En los momentos más críticos de la pandemia los sistemas sanitarios de la mayoría de los países se situaron al borde de un peligroso precipicio que les hizo colapsar por momentos. Un escenario en el que los trabajadores sanitariosse han erigido como auténticos héroes que han combatido al virus en primera línea sin contar, en muchas ocasiones, con las herramientas y protección necesarias.

Durante los meses más duros de la pandemia, aquellos en los que los países se veían sometidos a estrictos confinamientos, restricciones y medidas destinadas a frenar la propagación del virus, fueron muchos los reconocimientos y promesas que se hicieron sobre los profesionales sanitarios. Más de dos años después de aquella pesadilla, la situación de la gran mayoría de sanitarios a nivel global continúa siendo igual e incluso peor, como es el caso de los países con menos recursos en los que estos profesionales ni siquiera han sido vacunados contra la Covid-19 dada la falta de equidad en el acceso global a las vacunas.

Observamos una fotografía de la que todos somos conscientes, pero pocos son los pasos que se producen a nivel nacional e internacional para cambiarla. En este sentido uno de los logros, al menos sobre el papel, más destacados de los últimos meses ha sido el "Plan de Acción Trabajando por la Salud 2022-2030", acordado por los delegados de la 75ª Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Este plan se ha elaborado a través de un proceso dirigido por los Estados miembros y establece prioridades políticas para aumentar rápidamente la capacidad de la fuerza laboral en tres dimensiones: planificación y financiación, educación y empleo y protección y rendimiento.

La protección de la fuerza laboral es una preocupación creciente en todos los entornos que está respaldada por el consenso para un Pacto Mundial de Trabajadores de la Salud y los Cuidados que establece cómo proteger y salvaguardar los derechos de los trabajadores de la salud y de los cuidados, además de promover y garantizar un trabajo en las condiciones más óptimas.

La resolución acordada en la última Asamblea Mundial de la Salud reconoce el progreso mundial para abordar la escasez de personal sanitario desde 2016. La OMS informa que el déficit mundial se ha reducido a 15 millones en 2020 y se prevé que disminuya a 10 millones para 2030. Sin embargo, los beneficios no se han registrado por igual en todas las regiones, lo que limita el acceso a los servicios de salud para cientos de millones de personas en todo el mundo. Motivo por el que la OMS continúa instando a todos los Estados miembros a aplicar el principio de precaución antes de la contratación internacional de trabajadores sanitarios de países con una grave escasez de mano de obra.

El Plan de Acción enfatiza la importancia del personal sanitario y asistencial para la salud de las poblaciones, la resiliencia de los sistemas sanitarios y la prosperidad económica. Proporciona un camino progresivo para que los países con incluso los desafíos de fuerza laboral más críticos, aceleren su progreso hacia la cobertura universal de salud, preparación y respuesta ante emergencias y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

“El impacto de la pandemia, en términos de empeoramiento de la salud y el bienestar de los trabajadores, interrupciones en los sistemas de salud y el panorama económico cambiante, empeorarán las carencias y cargas de trabajo de la fuerza laboral de la atención a la salud y los cuidados”

El Plan de Acción “es relevante y puede adaptarse al contexto de todos los países, independientemente de su estado de salud y nivel de madurez de sus sistema sanitario”, recoge el documento de presentación del plan. “Este Plan de Acción es particularmente sensible a los países que corren un mayor riesgo de no lograr la cobertura sanitaria universal para 2030”, según la definición y metas de la OMS.

Este plan se asienta sobre cinco principios básicos que son fundamentales para su implementación exitosa:

  • Utilización de datos para informar e impulsar la toma de decisiones en materia de planificación e inversión.
  • Involucrar a las partes interesadas a través de un diálogo intersectorial inclusivo.
  • Promover la equidad, asegurando que los beneficios lleguen a los más vulnerables y desatendidos.
  • Alinear la inversión y la acción con las necesidades de las poblaciones y los sistemas de salud.
  • Liderazgo de los países empoderando la gobernanza y el liderazgo nacional.

“El personal sanitario y asistencial de todo el mundo se enfrenta a retos asociados a las deficiencias del mercado laboral, las tendencias sanitarias y demográficas, desigualdad de género y subestimación sustancial de la inversión”. Estos desafíos tienen un efecto directo sobre la salud física, mental y bienestar de los trabajadores y dificultan su contribución sanitaria, social, y económica a la sociedad.

“El impacto de la pandemia, en términos de empeoramiento de la salud y el bienestar de los trabajadores, interrupciones en los sistemas de salud y el panorama económico cambiante, empeorarán las carencias y cargas de trabajo de la fuerza laboral de la atención a la salud y los cuidados”, concluyen.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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