Reticare, compañía dedicada a vender filtros para paliar los supuestos daños de la luz azul de los dispositivos, siempre ha estado en el punto de mira por su estrategia de ventas, más centrada en "alarmar" a la población con las posibles consecuencias de la luz azul de los dispositivos tecnológicos que en evidenciar dichos males y todo con un objetivo claro: aumentar las ventas a toda costa.
Desde que surgió Reticare allá por el año 2013, en varias ocasiones los expertos han puesto en duda los productos de la marca y han criticado los mensajes que lanzan a los consumidores ya que, en su mayoría, utilizan los "supuestos" daños a los menores para conseguir vender sus protectores de pantalla.
En su momento, desde la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) aseguraron que "la evidencia científica actual no demuestra que la luz azul dañe el ojo". "No se puede recomendar el uso de pantallas de protección de luz azul como el de Reticare para evitar un daño no demostrado en condiciones reales y en humanos por estos dispositivos", apuntaron.
Aún así, pese a que los expertos insisten en que no hay evidencia científica que demuestre el daño, Reticare sigue 'en sus trece' de vender sus productos a toda costa y, lo peor, con la publicidad del miedo.
En algunas publicaciones de su perfil de twitter, invitan a leer un estudio cuando realmente donde se accede es a su tienda online
La compañía insiste sobre sus filtros de que es "un producto de primera necesidad, especialmente para los niños". Y al oír la palabra niños, todo el mundo quiere prevenir, y el miedo es el que hace que se compre, "por si acaso".
"Proteger las pantallas con Reticare es imprescindible para sus ojos y los de su familia, especialmente los niños". Precisamente, así empieza uno de los anuncios de Tecnología Sostenible y Responsable para promocionar los filtros. Pero, ¿cómo debemos calificar a esta estrategia?, ¿publicidad del miedo o evidencia contrastada?
Ahora, Reticare está utilizando su perfil en la red social de twitter para seguir con su estrategia y vender a toda costa. De hecho en algunas publicaciones, invitan a leer un estudio cuando realmente donde se accede es a su tienda online con el único objetivo de que los usuarios pinchen y compren.
De igual modo, en otras publicaciones que derivan a un estudio en su blog, al final del texto también aparecen sus productos para incitar a los usuarios a su compra.
Teniendo en cuenta las opiniones de expertos, ajenos al negocio de Reticare, y conociendo los intereses de quién dice avalar científicamente el producto, la investigadora de la Universidad Complutense de Madrid, Celia Sánchez-Ramos, quién, curiosamente, ha patentado el protector de pantalla de Reticare, ¿es necesario gastar 12,95 euros en el filtro para la pantalla de móvil o 18,95 euros para el de las tablets? O mejor dicho… ¿realmente hacen algo estas "pegatinas"?