Hace casi tres años que se publicó ‘El cerebro milenial’, el libro del psicólogo especializado en Neurociencia, Nacho Roura (@neuronacho), y desde entonces está dando de qué hablar. En más de 190 páginas, Roura expone una radiografía del comportamiento de nuestro cerebro y explicaciones a muchas preguntas. Esta obra, que define como “una aproximación neurocientífica a lo que nos pasa”, retrata por qué somos como somos y define a la generación millennial desde un punto de vista neurológico y científico.

Las redes sociales son el principal canal de comunicación de muchas personas, además de una fuente de entretenimiento y, en ocasiones, una fuente de conocimiento. Pero, ¿qué pasa en nuestro cerebro cuándo nos sometemos a todos los estímulos de esta tecnología? Roura explica en una entrevista para Influcare que estas plataformas “están diseñadas para activar nuestros mecanismos de recompensa”. “La relación entre redes sociales y cerebro no es tan simple. Sabemos que los ‘likes’ son reforzadores secundarios, estímulos que asociamos a la aceptación dentro del grupo y que por eso nos resultan agradables”, explica.
“Las redes se han convertido en herramientas de autorregulación emocional"
Además, cuando hablamos del impacto de las redes en nuestro cerebro, no podemos relacionarlo únicamente con un problema biológico, sino también contextual. “Las redes se han convertido en herramientas de autorregulación emocional. Si una sociedad te dice que tienes que estar bien aunque todo a tu alrededor vaya mal, lo lógico es que busques refugio rápido en algo que llevas en el bolsillo”. Esta facilidad de acceso, añade, ha apartado a otras estrategias como las relaciones y el contacto social. “Esto no significa que haya que demonizar las redes”, matiza el experto, “sino que debemos aprender a utilizarlas y darles el hueco que merecen”.
Aunque aún no se puede afirmar que las redes cambien estructuralmente el cerebro, sí hay efectos en el funcionamiento cognitivo. Roura cita estudios recientes que muestran cómo el simple hecho de tener el móvil cerca reduce la capacidad de atención. “El rendimiento baja si tienes el móvil en el bolsillo en lugar de en otra habitación”, comenta. Además, se ha demostrado que restringir el acceso a internet durante dos semanas mejora el bienestar subjetivo y el enfoque en tareas cotidianas.
LA GENERACIÓN MILLENNIAL Y LA SALUD MENTAL
Roura compagina su labor como psicólogo especializado en Neurociencia con la divulgación en redes sociales, donde ha encontrado un hueco para demandar más atención a la salud mental. Ansiedad, depresión y altas tasas de suicidio son tres de los problemas que más preocupan en la actualidad en nuestra sociedad. “Cuando publiqué el libro en 2022, España no contaba con un plan nacional de prevención del suicidio. Ahora lo hay, y me parece un momento histórico”, afirma. Sin embargo, Roura insiste en que el suicidio no puede tratarse como un fenómeno aislado. “Hay condicionantes estructurales, económicos, sociales, que deben abordarse también. Mejorar las condiciones materiales de vida es una forma clave de prevenir”.
En este contexto, el psicólogo defiende que aumentar las plazas PIR y la presencia de psicólogos en la sanidad pública es de gran ayuda, pero no basta con esto. “Por muchos psicólogos que pongas, si las personas viven en condiciones que perpetúan su malestar, no se soluciona el problema. Hay que hablar también del trabajo, de los alquileres, del sedentarismo impuesto por el estilo de vida actual”, dice.
Como reflejan los datos, España hace frente a una crisis de salud mental que, por ahora, está lejos de encontrar una salida. 1 de cada 4 personas tiene o tendrá algún problema de salud mental a lo largo de su vida, según datos de la Confederación de Salud Mental España. De hecho, la entidad asegura que estos problemas “serán la principal causa de discapacidad en el mundo en 2030”. Y si hablamos de las generaciones más jóvenes, las cifras confirman que el 50% de estos problemas en adultos comienzan antes de los 14 años, y el 75% antes de los 18.
“Un sistema sanitario que maltrata a sus profesionales no puede hacer frente a una crisis de salud mental”
La depresión y la ansiedad son los dos grandes problemas a los que se enfrenta la población en términos de salud mental y, sin embargo, entre el 35% y el 50% no reciben un tratamiento o no es el adecuado, reflejan las estadísticas de la confederación. Pero la realidad, como indica Roura, es que nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) no está preparado para esta situación porque “un sistema sanitario que maltrata a sus profesionales no puede hacer frente a una crisis de salud mental”.
Es por esto que “hay que escuchar a quienes trabajan dentro del ámbito público”. “Los médicos, enfermeras, psicólogos, y demás profesionales lo dicen alto y claro: el trabajo de los sanitarios en España es cada vez más precario, y nosotros, como sociedad, debemos tener claro qué papel jugamos en su defensa. La respuesta siempre es reforzar la sanidad pública. Siempre”, concluye el psicólogo especializado en Neurociencia.
*Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.