"Se han creído tanto eso de que somos la mejor sanidad del mundo que la han abandonado a su suerte"

Enrique Gavilán, médico de Familia y autor del libro 'Cuando ya no puedes más', ilustrado por Mónica Lalanda y con el prólogo de Rafa Bravo.

Enrique Gavilán. (Foto. Anaconda Editions)
Enrique Gavilán. (Foto. Anaconda Editions)
Nacho Cortés
29 septiembre 2019 | 00:00 h

Enrique Gavilán (Málaga, 1972) es un médico de pueblo indignado por el "maltrato" a la sanidad pública que un día decidió contar su historia porque ya no podía más. Así se titula su libro, 'Cuando ya no puedes más' (Anaconda Editions) en el que relata su historia personal y sus vivencias como profesional sanitario. El caos organizativo, los efectos de los recortes...  Este médico de Familia y doctor en Medicina hace un perfecto diagnóstico de cómo se encuentra la sanidad rural. De hecho, en la actualidad ejerce como médico rural en Extremadura. 

El protagonista de la semana en 'La Entrevista' de ConSalud.es es Enrique Gavilán, que además de hablar de su libro plantea sus propias reflexiones acerca del momento crítico que está viviendo la sanidad pública en España.

¿Cómo surge la idea de escribir este libro?

El manuscrito lo escribí hace cuatro años. Fue algo espontáneo: necesitaba escribir para ordenar mis ideas, muy confusas tras varios años de mucha quemazón a nivel profesional. Lo escribí del tirón, en apenas dos meses. Me ayudó a dejar por escrito qué había pasado y por lo que nunca quería volver a pasar. El borrador durmió tres años largos en un cajón, hasta que decidí publicarlo. Me animó ver a muchos compañeros rebelándose ante el deterioro inexpugnable de la atención primaria y el ninguneo de las autoridades. Nos sentimos profundamente decepcionados y abandonados. No podemos seguir así.

¿Qué cuenta en él?

Básicamente, el conflicto entre mi vocación médica, que surgió casi de forma casual pero que en seguida se apoderó de mí hasta el punto de consagrar toda mi vida a intentar ser un buen médico, y la triste realidad de un sistema sanitario que hace aguas por todos lados. Soy médico de familia, trabajo en atención primaria, y adoro mi profesión, pero las condiciones laborales son cada vez más duras de asumir, estamos sobrecargados y contamos cada vez con menos presupuesto y menos recursos, y así es fácil terminar quemado y pagando un alto precio por ello. En el libro cuento también las dificultades para encontrar ayuda cuando te sientes tal mal por tu trabajo, los sucesivos intentos para superar esta situación y cómo al final logré reconciliarme con mi profesión tras mucho esfuerzo.

"Las condiciones laborales son cada vez más duras de asumir, estamos sobrecargados y contamos cada vez con menos presupuesto y menos recursos"

¿De qué forma se pueden sentir identificados sus compañeros de profesión?

Cuando ya no puedes más portada Enrique GavilánEn realidad, no es mi intención reflejar nada más que mi propia historia. No quiero ser abanderado de nada ni hablar en nombre de nadie, pero es relativamente fácil que haya muchos compañeros que se sientan reflejados.

Las condiciones en las que he tenido que ejercer no creo que hayan sido peores que las de cualquier compañero, no creo que haya sido maltratado especialmente por nadie ni por nada en particular. Pero precisamente. No hace falta. Es inevitable que haya desgaste cuando llevas algunos años trabajando en sanidad, pero una cosa es eso y otra diferente pagar con tu propia salud tanta presión hasta el punto de sentir que no puedes más, día tras otro, sin encontrar salida ni descanso.

Cualquier compañero puede pasar por una crisis profesional, pero cuando ésta se hace tan profunda que piensas en abandonar la práctica médica es porque ya has sobrepasado tu poder de resistencia y de adaptación. Muchas de las cosas que cuento en mi libro son probablemente comunes a muchos compañeros, porque somos vulnerables y muchas veces caminamos por el borde del precipicio.

¿Cómo es el día a día de un médico rural?

Trabajamos con mucho margen de independencia, y eso es algo que valoro mucho. Somos accesibles, cercanos a la población, estamos insertos en la comunidad y la gente nos acepta como parte del pueblo. Ese reconocimiento mutuo es muy reconfortante. Pero el medio rural está en crisis. No hay futuro para los jóvenes, el nivel de precariedad y desempleo es desesperante y los servicios públicos se están desplegando (ya no hay oficinas de cajas de ahorros, apenas dependencias públicas, cerraron muchos hogares del jubilado, bibliotecas y centros sociales y de ocio).

Esto lo vemos en el día a día en los consultorios. Cuando el pueblo es pequeño, puedes trabajar con holgura: cuando es grande, sueles estar muy sobrecargado de trabajo y casi siempre con el coche para arriba y para abajo, es una locura. Puede llegar a ser desquiciarte a veces, sobre todo en verano, porque la población se multiplica por dos o por tres y no nos sustituyen prácticamente nada las vacaciones y permisos. Sin embargo, a pocos parece importarle. Mientras los hospitales no se vengan abajo los políticos parecen conformarse. Pero nosotros ya no damos más abasto…

¿Y cómo es su relación con los pacientes?

He de aclarar que yo ya no trabajo en el mismo lugar que tiempo atrás, en los años que reflejo en el libro. Durante ese tiempo, salió de mí un carácter demasiado agrio, irritable; no me reconocía, yo no soy así. Volvía a casa desquiciado y me angustiaba volver al consultorio día tras día. Como es lógico, mi relación con esos pacientes se resintió. Es un suplicio tanto para pacientes como para profesionales. Pasa factura a ambos.

Por suerte, hace años que dejé atrás el burnout. Cambié de trabajo. Sigo trabajando en atención primaria, y me gusta ser médico de pueblo. Ahora puedo tener un día malo, pero disfruto enormemente de mi especialidad y creo que eso también lo perciben los pacientes. No seré el mejor médico del mundo, pero tampoco el peor, aunque antes sintiera como si lo fuera.

"Es una vergüenza. Nos presionan cada día más y más y no me explico cómo hemos aguantado tanto tiempo"

¿Cuál es su valoración respecto a la actual crisis de Atención Primaria? ¿Cómo se origina?

¿La actual? ¿Es que la atención primaria ha dejado de estar en crisis? Hombre, conoció años de esplendor, pero llevamos ya muchos muchos años de deterioro y abandono de las instituciones. Se han creído tanto eso de que somos la mejor sanidad del mundo que la han dejado abandonada a su suerte. Y la atención primaria ha sido la primera perjudicada, puesto que más que menos los hospitales han visto incluso incrementadas sus plantillas, dispositivos y presupuestos.

Es una vergüenza. Nos presionan cada día más y más y no me explico cómo hemos aguantado tanto tiempo. Están creando una legión de profesionales altamente cualificados y entregados que acaban quemados, desmoralizados y despersonalizados. Me da mucha pena. No merecemos ésto.

¿Cree que es necesario cambiar el modelo actual de la sanidad rural? ¿Son necesarios incentivos para los médicos?

No creo que sea un problema solo de sanidad. El medio rural está sufriendo un cambio radical que compromete su futuro. Que haya pocos profesionales que quieran irse a trabajar a hospitales de comarca o consultorios rurales es reflejo de una sociedad que vive de espaldas al campo y que lo ve todo con gafas de ver urbanitas. Por supuesto que hacen falta incentivos, pero también un cambio de modelo productivo, infraestructuras, medidas sociales, inversión en recursos para la dependencia, etc.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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