Medicina Interna ha sido la especialidad médica que ha tomado las riendas en la gestión sanitaria y asistencial de la pandemia de coronavirus Covid-19 en España. Lo ha hecho en primera línea apoyada en equipos multidisciplinares compuestos por médicos de todas las ramas y profesionales sanitarios de muy distintas áreas. Todos a una han luchado y siguen luchando para frenar al virus.
ConSalud.es entrevista al presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Ricardo Gómez Huelgas, que es actualmente jefe de Servicio de esta especialidad médica en el Hospital Regional Universitario de Málaga.
¿Cómo definiría el papel del internista en esta crisis del Covid-19?
Los internistas estamos desempeñado un papel nuclear en la actual crisis sanitaria por COVID-19. Somos la especialidad que está atendiendo, en primera línea, a ocho de cada 10 pacientes no críticos hospitalizados en España por coronavirus.
Las características propias de nuestra especialidad (polivalencia y visión global) han facilitado que nos adaptemos rápidamente a las necesidades asistenciales y que hayamos sabido afrontar con eficacia una enfermedad, como el SARS-CoV-2, desde un enfoque virológico a un abordaje multisistémico, con implicaciones que van más allá de los pulmones.
Los internistas, ya que poseemos conocimiento clínico de múltiples áreas y campos de la medicina, hemos jugado un papel clave para vertebrar la asistencia sanitaria mediante equipos multidisciplinares y facilitar la rápida reorganización funcional de los hospitales.
"Nos hemos situado en primera línea investigadora para crear nuevas evidencias científicas de calidad y divulgar el conocimiento ya disponible"
También, en esta crisis, nos hemos situado en primera línea investigadora para crear nuevas evidencias científicas de calidad y divulgar el conocimiento ya disponible.
Como ejemplo de ello, desde la SEMI, lanzamos el Registro Clínico SEMI-COVID-19, que cuenta en la actualidad con más de 6.000 pacientes incluidos, y participamos activamente en la elaboración de protocolos diagnósticos y terapéuticos en los diferentes hospitales. Nuestra meta desde el inicio de la pandemia, y así lo han demostrado los internistas con entrega y profesionalidad, no ha sido otra que salvar vidas y hacer frente al COVID-19.
¿Cómo han mudado los hospitales con el coronavirus?
En todos los hospitales, ante la actual crisis sanitaria, se han tenido que reorganizar servicios, acondicionar nuevas salas, optimizar y reordenar recursos humanos y materiales y apostar aún más, si cabe, por una atención multidisciplinar y transversal, basada en una colaboración estrecha entre especialidades y niveles asistenciales. Algo que se ha conseguido en tiempo récord y de manera extraordinaria gracias a la labor ejemplar de los profesionales ─sanitarios y no sanitarios─.
El COVID-19 nos ha obligado, sin duda, a cambiar nuestro modo de trabajo y nos ha puesto en la coyuntura de tener que hacer frente a una elevada presión asistencial ─atender a un alto número de casos en un período corto de tiempo─ con una tensión emocional importante y, además, con la circunstancia añadida de tener que plantear tratamientos para los que contábamos ─y seguimos contando aún─ con una evidencia científica escasa.
¿Qué considera que debe o va aprender la Medicina Interna con esta pandemia?
Es cierto que la dimensión de lo vivido en esta crisis, es algo que no imaginábamos hace apenas un par de meses. Pero desde la Medicina Interna, a lo largo de la historia, siempre hemos estado en primera línea también en otros momentos de incertidumbre: siempre, cuándo y cómo se nos ha necesitado.
Destaco solamente dos ejemplos: los inicios de la pandemia por el VIH-SIDA y del Síndrome del Aceite Tóxico. Entonces, adoptamos un rol determinante para hacer frente a ambos desafíos, cuando apenas había, al igual que ahora, evidencia científica en esos campos. Cumplimos una función crucial al igual que la cumpliremos ahora.
"La respuesta de las autoridades ante la epidemia no ha sido todo lo ágil que una crisis de estas características hubiera precisado"
En relación con la crisis actual, creo que debemos extraer un aprendizaje claro: que la Sanidad es un pilar clave de nuestra sociedad y que debemos proteger nuestro sistema sanitario. Si no preservamos la salud de nuestros ciudadanos, nuestra sociedad no podrá tener libertad, justicia ni progreso.
Y otro aprendizaje: es crucial cuidar de quienes cuidan de los pacientes, los profesionales sanitarios, a tenor de las altas cifras de infectados que se están registrando en el colectivo. La respuesta de las autoridades ante la epidemia no ha sido todo lo ágil que una crisis de estas características hubiera precisado.
¿Y los internistas?
A nivel del día a día profesional de los internistas, hemos tenido que aprender a manejar pacientes que están solos y aislados, a relacionarnos con sus familiares a distancia y a dar noticias que hubiésemos preferido no dar, lo que sin duda supone una situación de estrés y una elevada carga emocional, así como a protegernos con los medios de los que hemos podido disponer en cada momento, que no siempre han sido los óptimos.
Tenemos la sensación de que, en ocasiones, además, se han primado las medidas de seguridad en detrimento de la humanización de la asistencia. Debemos reflexionar de cara al futuro sobre cómo hacer compatibles seguridad y humanismo.
"Esta crisis nos ha enseñado la utilidad como de ciertas formas de trabajo los equipos multidisciplinarios y la teleasistencia, que deberíamos preservar"
También, por qué no decirlo, hemos aprendido todos a trabajar más en equipo, sin importar la especialidad o el nivel asistencial. Y en este sentido, los profesionales de los hospitales en su conjunto han respondido de manera ejemplar, solidaria, extraordinaria y rigurosamente profesional.
Por último, de cara al futuro, esta crisis nos ha enseñado la utilidad de ciertas formas de trabajo (equipos multidisciplinarios o teleasistencia) que deberíamos preservar en el futuro.