“La gestión de las residencias es un tema que estaba abandonado por todos”

Doctora Cristina Alonso, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG).

Doctora Cristina Alonso, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (Foto. SEMEG)

Las personas mayores se han erigido como uno de los grupos más vulnerables frente al nuevo coronavirus SARS-CoV-2. Las residencias de ancianos se han posicionado como uno de los principales focos de expansión del virus y, a pesar de que el Ministerio de Sanidad no ha desvelado la cifra oficial de fallecidos en estos centros, los datos proporcionados por las comunidades autónomas hablan de 19.639 decesos en el conjunto de las residencias públicas y privadas.

Un dato que se traduce en el 69,1% del total de muertes notificadas por el Ministerio de Sanidad. Los mayores han sido uno de los colectivos más golpeados por la Covid-19 y ahora, con España inmersa desde hace tiempo en la “nueva normalidad” y con la aparición de nuevos brotes como indicador de los siguientes pasos, desde ConSalud.es analizamos la situación de las personas mayores en esta esta crisis sanitaria de la mano de la doctora Cristina Alonso, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG).

Las personas mayores se han erigido durante la pandemia como uno de los colectivos más vulnerables. ¿Cuáles han sido los principales elementos que han propiciado esta situación?

Las personas mayores, aunque la mayoría por fortuna tienen un buen estado de salud, un porcentaje de ellas son dependientes (entre el 5-10%) y un 15% se encuentra en riesgo de ser dependiente. Estas personas son las que tienen una mayor carga de comorbilidad y enfermedades crónicas y, por lo tanto, tienen más riesgo en caso de contagio.

Dentro de este grupo de personas más dependientes que viven en residencias, al estar muchas personas de alto riesgo juntas, se han favorecido los contagios masivos. Esto es fundamentalmente lo que ha hecho que las personas mayores hayan acumulado gran parte de la mortalidad del virus.

Las residencias de ancianos han sido uno de los principales focos de contagio y fallecidos. Un drama que está siendo utilizado como arma política entre los distintos partidos y sobre el que parece que nadie quiere asumir responsabilidades. ¿Cuáles han sido los errores en la gestión frente a la pandemia en estos centros?

La gestión de las residencias es un tema que estaba abandonado por parte de todos. Por parte de los políticos por supuesto, pero también por todos los gestores, profesionales y por toda la sociedad. Era un tema completamente olvidado que ya en otras ocasiones había aparecido en los medios de comunicación. Al final, lo que ha hecho esta pandemia ha sido poner la lupa y, lo que antes no había generado problemas ahora se ha convertido en uno muy importante.

Claro que hay muchas cosas que se podían haber hecho diferentes. Creo que más que los problemas de la gestión aguda de la pandemia que también se han producido en los hospitales, los grandes problemas de gestión en las residencias son a largo plazo, los crónicos.

"Creo que más que los problemas de la gestión aguda de la pandemia que también se han producido en los hospitales, los grandes problemas de gestión en las residencias son a largo plazo, los crónicos"

En este sentido ahora tenemos una oportunidad y existen tres puntos concretos: necesidad de una normativa eficaz que establezca cómo debe ser la calidad de los cuidados en las residencias y a la que se aplique una monitorización efectiva, coordinar el cuidado que se da en las residencias y los servicios sociales con los cuidados que se proporcionan en los centros hospitalarios para que exista una integración y necesidad de un buen entrenamiento y atención a personas mayores de todo el personal que trabaja en las residencias.

El Gobierno tiene el objetivo el próximo otoño de vacunar al 75% de la población mayor de 65 años contra la gripe ante el temor a nuevos rebrotes de la Covid-19. ¿Cuál es su opinión ante esta medida?

Es una buena medida y es un buen objetivo para paliar los posibles efectos de una nueva oleada. Evidentemente esta medida se alinea con los estándares que marcan desde organizaciones internacionales e independientemente de que haya o no nuevos brotes de coronavirus, debería aplicarse. En caso de que se produjese una segunda ola contribuiría a evitar el colapso del sistema. Ojalá contásemos con una vacuna, pero hasta entonces, hay que priorizar e intentar que haya l mayor vacunación posible para la población mayor contra la gripe.

La pandemia ha situado nuestro sistema sanitario al borde del precipicio. Una situación que ha obligado en muchas ocasiones a tomar decisiones asistenciales muy complejas. En este sentido, se ha apuntado a la edad de los pacientes como elemento decisorio principal. ¿Realmente ha sido así o se han tenido en cuenta otros elementos?

Durante los meses más duros de la pandemia, es verdad que estábamos en una situación de guerra. Hubo muchas discusiones con poco tiempo de decisión sobre los criterios que se podían utilizar para cribar distintas intervenciones y tratamientos. Es cierto que la edad efectivamente apareció, pero desde las distintas sociedades y organismos publicamos un posicionamiento sobre las necesidades y derechos de los pacientes mayores en situación de pandemia que recomendaba que, además de la edad, se tuviesen en cuenta la comorbilidad y la capacidad funcional. En vez de tener en cuenta la edad cronológica se tuviese en cuenta la edad biológica porque es el mejor predictor de éxito.

"En vez de tener en cuenta la edad cronológica se tuviese en cuenta la edad biológica porque es el mejor predictor de éxito"

Sabemos que esto ha sido eficaz en muchas enfermedades para muchas intervenciones y, aunque en ese momento no teníamos evidencia de qué sucedía con el coronavirus, presuponíamos que también funcionaría. En este último mes han aparecido publicaciones que demuestran que es la edad biológica y no la cronológica la que más ayuda a la hora de discriminar. Aunque hubo mucha discusión creo que la mayoría de las veces se utilizó el cribado de la edad biológica ganando el sentido el común la mayoría de las veces según mi percepción.

Estamos siendo testigos de un incremento de los brotes en todo el territorio nacional. ¿Cuáles son las recomendaciones para la protección de las personas mayores, especialmente en las residencias?

Los brotes se están produciendo y el riesgo del contagio está ahí para todos. Si se toman medidas preventivas este riesgo se puede disminuir y conocemos cuáles son estas medidas. La higiene de manos es la más eficaz y es fácil de hacerla por todo el mundo. Luego están las medidas de higiene de espacios y las de contacto. Si nos relacionamos con personas ajenas al núcleo familiar hay que mantener la distancia de seguridad, uso de mascarillas e higiene de manos y, cumpliendo con estas, el riesgo disminuye de forma muy alta. No está contraindicado por el riesgo mantener el confinamiento ya que es el momento de empezar a salir y a relacionarse con seguridad.

España tiene una población cada vez más envejecida pero el papel de nuestros mayores parece siempre quedar relegado. ¿Realmente es así? ¿Se les tiene en cuenta, por ejemplo, en la Comisión de Reconstrucción después de ser uno de los colectivos más golpeados por la crisis sanitaria?

Nosotros hemos estado participando en una opción conjunta en la que colaboran 22 países. Un proyecto para establecer las directrices que deberían seguir las naciones para desarrollar una política de salud avanzada al envejecimiento de la población. Una de sus primeras recomendaciones era empoderar a las personas mayores e incorporarlas a las mesas de discusión.

Los mayores no son personas sin capacidades. Nos dan mil vueltas en capacidades físicas, intelectuales y de todo tipo. Nadie sabe mejor que ellas lo que quieren. En este sentido la Comisión de Reconstrucción ha dejado de lado a las personas mayores una vez más. Se ha convocado a representantes de jubilados de Comisiones Obreras y UGT, pero no a los representantes de las personas mayores cuando existen asociaciones formadas con el objetivo de defender sus derechos, además de todos los profesionales que nos encargamos de velar por sus intereses. Nosotros en concreto, no hemos sido llamados.

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