El doctor Luis Ley Urzaiz, jefe del servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario Ramón y Cajal, es el presidente de la Sociedad Española de Neurocirugía (Senec).
ConSalud.es charla con el doctor Ley que es un referente nacional en la especialidad. Gran experto en cirugía vascular cerebral y neurooncología, colaboró también en el desarrollo de la Unidad de Radiocirugía del Hospital Puerta del Hierro. Sus conocimientos le han llevado a escribir diversos artículos y trabajos en libros, y a ejercer como profesor universitario.
Recientemente, han enviado una carta abierta al Ministerio de Sanidad y a todas las Consejerías de Salud de las CCAA. ¿Qué querían expresar en ella? ¿Qué motivó su preocupación como sociedad científica?
La epidemia de COVID-19 provocó como efecto secundario una disminución de la capacidad de atención a los pacientes no-COVID. Durante una serie de tiempo variable según la incidencia local de la enfermedad, se suspendió la actividad habitual del sistema sanitario.
"Con la pandemia de la Covid-19 se han creado bolsas de pacientes en espera de intervenciones y de pacientes en espera de evaluación neuroquirúrgica"
Este parón ha provocado el retraso terapéutico y diagnóstico de muchos pacientes. La actividad neuroquirúrgica habitual, al igual que la de la mayoría de las especialidades quedó suspendida, creando bolsas de pacientes en espera de intervenciones y de pacientes en espera de evaluación neuroquirúrgica. Con la carta queremos expresar nuestra preocupación a este respecto.
La pandemia está poniendo en jaque al sistema sanitario. ¿Cómo ha impactado en su especialidad?
Los estudios que hemos llevado a cabo han demostrado un cese de toda actividad no urgente en un periodo de tiempo variable según la incidencia local de la enfermedad. Hemos comprobado que durante la primera ola se restringió de manera muy importante la actividad neuroquirúrgica en todo el territorio nacional, si bien dependiendo de la incidencia local ese cese de actividad varió ente el 60 al 90% de la actividad.
Se observó también que se atendieron menos casos urgentes que en el mismo periodo de tiempo del año 2019, si bien los que se atendieron fueron casos más graves. Se ha visto también que en un porcentaje bajo de casos, aunque significativo, se ha dispuesto de menos medios para realizar la actividad programada y se ha concluido que existe una relación directa entre la morbimortalidad postoperatoria y la incidencia de COVID-19 en la población general.
¿De qué forma han atendido las consultas y qué daños o efectos ha tenido la covid-19? ¿Se han tenido que reinventar?
Evidentemente se nos hemos tenido que adaptar a la situación con los medios disponibles y según las circunstancias locales de incidencia.
Por otra parte, todavía es pronto para conocer el impacto sobre la sanidad que la sobrecarga del sistema por la atención a la Covid-19 ha provocado. Posiblemente tardemos años en saberlo y recuperar el nivel previo.
¿Qué logros destacaría de la SENEC en este 2020?
Creo que hablar de éxitos en un año como el 2020 es complicado. La Sociedad rápidamente creó una serie de protocolos y guías sobre la manera de actuar en el periodo inicial que resultaron de ayuda para tomar decisiones estratégicas. De la misma manera la Sociedad puso en marcha estudios para evaluar el impacto de la Covid-19 en la actividad neuroquirúrgica. Además ha logrado mantener en la medida de lo posible eventos formativos.
¿Cuál es el horizonte que persigue la sociedad científica para estos próximos años?
Los objetivos fundamentales siguen siendo dar el mejor servicio posible al socio y al paciente neuroquirúrgico fomentando la relación entre los socios, apoyando a la generación de conocimiento, mejorando la formación continuada y el intercambio de conocimiento y estableciendo relaciones con asociaciones de pacientes que nos permitan mejorar el conocimiento de las necesidades y recursos mutuos en relación con nuestra especialidad.
¿En qué proyectos de futuro están embarcados?
Estamos realizando una modernización organizativa, estudiando las posibilidades de la formación en entornos no presenciales y en establecer relaciones con sociedades afines para la creación de guías y protocolos consensuados de tratamiento y seguimiento.