Adaptarse al cambio

Jefe Unidad del Dolor Hospital Quirónsalud Sur de Alcorcón

Jefe de las Unidades del Dolor de los Hospitales Sur, La Luz y Valle del Henares de Quirónsalud

Toda modificación sobre una posición de equilibrio implica consecuencias sobre el entorno hasta recuperar un nuevo equilibrio, pudiendo variar la distancia a un punto de referencia, la altitud, la latitud, la temperatura… infinidad de variables que condicionan el Estado de un cuerpo con relación a su contexto.

Muchos movimientos son voluntarios, responden a nuestro deseo, a nuestra intención, a nuestros miedos o a nuestros afanes... Otros, en cambio, son resultado de fuerzas ajenas y superiores,capaces de domeñar nuestra disposición, requiriéndose unaespecial actitud adaptativa.

Sobre los primeros puede haber un empeño, un tesón, una energía, un entusiasmo por llevarlos a cabo, puesto que lo realizamos bajo nuestro propósito. Los segundos en cambio suelen no están gobernados,generando incapacidad, torpeza, insuficiencia, desorden y caos.La autopercepción de este grado creciente de entropía (desorden) es fácil que genere desazón, cansancio y hasta dolor, tanto en su dimensión física como emocional.

En el mundo laboral hay diferentes tipos de movimientos, entre ellos los que son forzados por las circunstancias, cuando uno es desplazado lejos de las esferas de influencia, incluso fuera del escenario y otros en los que uno es protagonista activo. En ambos casos, al incorporarse a un nuevo rol tiene que mostrar unas grandes dosis de adaptación al cambio.

Según el Diccionario de la Real Academia mimetizar es adoptar la apariencia de los seres u objetos del entorno. Esta acepción está vinculada directamente con el orden biológico, refiriéndose a aquellos animales que adoptan la apariencia del entorno para sobrevivir. Tener aspecto inofensivo o fiero, según el caso, puede resultar una cualidad indispensable en un entorno hostil.

"Un viejo refrán dice que allá donde fueres haz lo que vieres.Pero si queremos dejar una impronta tenemos que asumir que cualquier intento de cambio generara resistencias y movimientos de negociación de los nuevos ajustes"

Que nadie entienda ni por un segundo que estoy estableciendo un paralelismo simplón entre los riesgos de la vida en la jungla y el mundo laboral... pero la verdad es que existen pautas y movimientos semejantes. Seguro que más de un/a amable lector/a ya está mascullando entre dientes que “haberlos, haylos”…Me limito a hacer una somera conjetura y luego que cada uno/a decida.

Ante un nuevo empleo es necesario adaptarse al cambio, a los nuevos ritmos, rutinas, protocolos y equilibrios. Modificar hábitos e inercias que en el nuevo entorno pueden no ser funcionales ni eficientes.  De alguna forma,sin perder nuestra identidad, buscamos afinidades con el nuevo entorno. Es una estrategia que bien podríamos llamar de aproximación, tanteo y retroalimentación.

Un viejo refrán dice que allá donde fueres haz lo que vieres.Pero si queremos dejar una impronta tenemos que asumir que cualquier intento de cambio generara resistencias y movimientos de negociación de los nuevos ajustes.

Bien es cierto que hay personas con capacidad de inspirar un liderazgo que presentan su registro y su discurso de forma coherente con sus actitudes. En el mundo profesional, antes de iniciar un proyecto o un desafío, es conveniente analizar y explorar el terreno, considerar los medios y transformarlos en recursos.

El valor, como se decía en la mili, se presupone, al igual que la pericia, pero llevar el ritmo y armonizar la orquesta serán determinantes para generar melodías o solo ruidos.Invitar al cambio con el que todos los actores ganen o pierdan menos, disipar ansiedades, etc.,siempre resultará más amable que la ruptura sin rumbo.

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