Ataraxia

Alfonso Vidal
Jefe de las Unidades del Dolor de los Hospitales Sur, La Luz y Valle del Henares de Quirónsalud

Siempre me han llamado la atención y hasta confundido esas personas caracterizadas por una tranquilidad absoluta y una total ausencia de deseos o temores, evidenciando una plena imperturbabilidad ante cualquier fenómeno por tenso, agitado, conflictivo, problemático, etc., que se tratara.

Esas personas responden al fenómeno conocido como ataraxia y son dignas no sé si de admiración o de estudio por resultar tan extrañas, pues casi certifican el modelo de persona fría y calculadora, y a los que suelen atribuirles una circulación sanguínea casi gélida. 

Obviamente esto último es una metáfora referida a ese grado de afectación casi nulo ante cualquier suceso complejo, más bien porque de ser realidad tendrían graves problemas circulatorios cuando no directamente estarían muertos, salvo que se tratase de caminantes blancos de "Juego de Tronos".

Es la experiencia la que acomoda nuestro modus operandi, nunca mejor dicho sobre todo en pericias quirúrgicas

Bromas aparte, muchas veces al personal sanitario se nos exige esa disposición de ánimo para poder ejecutar nuestro trabajo y no dejarnos afectar por el mundo de los sentimientos a flor de piel que suelen tener los pacientes, mucho menos acostumbrados a situaciones de conflicto, pero como tantas veces he recordado el personal sanitario también es humano y mayoritariamente se nos exige que seamos así, salvo cuando tenemos que actuar, que se nos piden máxima tensión, comprensión, rigor y grandes dosis de calma y autocontrol.

Es una especie de oxímoron pedirle a un médico que sea frío y al tiempo que muestre ataraxia y humanidad, pues vivimos en un estado de estrés permanente que nos exige resultados con inmediatez

No recuerdo a lo largo de la carrera ni de la especialidad que se nos adiestrase y orientase para ser témpanos de hielo por dentro y cálidos por fuera.

Creo que más bien es la experiencia la que acomoda nuestro modus operandi, nunca mejor dicho sobre todo en pericias quirúrgicas, pues cuanto más sueles enfrentarte y acercarte al peligro parece que más te alejas del riesgo, según rezan los viejos aforismos de táctica y estrategia bélicas.

Debe ser el personal sanitario el que trate de aclimatarles desde la sinceridad, tolerancia, comprensión y serenidad

En realidad, disminuye la incertidumbre cuando desde el conocimiento basado en la experiencia compartida afrontas la realidad, aunque sea brutal y traumática. Saber qué se puede y debe hacer en el momento adecuado

Saber cómo afrontar un problema, cuál es la ruta correcta y hacerlo sin alteración aparente parece que fuera un estado de ánimo reservado a personas virtuosas, y de algún modo investidas de ataraxia.

Se trata de una cualidad, así cuando todo el mundo zozobra permanece con serenidad y lucidez, manteniendo una distancia y hasta cierta neutralidad, pero no indiferencia.

No podemos pedir alegremente a las personas que nos confían su salud o la de sus allegados, que muestren calma, sosiego, tranquilidad, porque en efecto no están acostumbrados a capear con ello.Por eso debe ser el personal sanitario el que trate de aclimatarles desde la sinceridad, la tolerancia, la comprensión y la serenidad.

Convivimos con el dolor, el sufrimiento y la muerte ajenas. Que sea una experiencia cotidiana no nos insensibiliza, pero sí nos permite en la mayoría de las situaciones no perder los papeles y trasmitir serenidad y compasión.Quizá sea verdad que somos de otra pasta.

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