A raíz de las negociaciones entre EE. UU. y Corea del Norte, en pos de una paz nuclear, ante las amenazas por ambos bandos de hacernos saltar por los aires, escuché un concepto que me invita hoy a reflexionar: “compromiso global”.
A menudo entendemos los conceptos de manera individual. Los analizamos por separado, parcelando cada terreno y evaluando los ámbitos de aplicación, de tal manera que, aparte, significan o tienen un significado singular. Pero la adición de dos términos termina por generar un tercer concepto que tiene que ver con cada uno de los anteriorescon algo en común pero distinto de ambos.
Reza un viejo proverbio oriental:
“No es que uno más uno de como resultado dos, sino que dos se descompone en uno más uno”.
Esta afirmación deja entrever una forma de concebir el mundo diferente a la occidental, donde tendemos a racionalizarlo todo: conceptos y lenguajesoslayando con frecuencia lo foráneo, cuando no despreciándolo.
Pensar de otra manera no significaque discrepemos, significa exactamente eso, que lo hacemos de manera diferente,y llegamos a conclusiones próximas, quizá idénticas, pero por vías alternativas.
"Compromiso global en el plano de la salud es más que vacunas, o antibióticos, depende del acceso al agua potable, a los alimentos, a la educación, a los derechos civiles y sociales"
Compromiso global es un concepto que, si lo pensamos, resulta casi inabarcable y tal vez inasumible, pues contiene la totalidad de las esferas, no es un acuerdo entre dos, sino una convención general y eso son palabras mayores.
Si la amenaza es al Medio Ambiente, al Ecosistema o a la sociedad, serán distintos los planos de actuación.
Compromiso global en el plano de la salud es más que vacunas, o antibióticos, depende del acceso al agua potable, a los alimentos, a la educación, a los derechos civiles y sociales.
Los médicos, estamos habituados a adquirir compromisos con los pacientes en la escala individual con la intención de tratarles, mejorarles, consolarles o proporcionarles el mayor bienestar posible. Con la sociedad el compromiso pasa por medidas de salubridad integral.
Esa es nuestra promesa: diligencia en el uso de los medios adecuados, lo que redundará en unos resultados a largo plazo y que no siempre podrán garantizarse. También estoy hablando de educación sanitaria.
Cuando oímos las pretensiones de entes supranacionales del ámbito sanitario a veces sorprenden, porque no pasan de ser buenas intenciones, aunque quien las promulgue lo haga con buena intención y sepa que será muy difícil,es imposible si no van acompañadas de otras medidas y esfuerzos en planos no asistenciales.
Si no existe un compromiso ético y trasparencia ante los conflictos de intereses, la sombra de la sospecha podría crecer. Ya resulta difícil, en condiciones normales, dentro del mundo civilizado, llegar a ciertos recovecos y lugares recónditos donde poder implementar determinadas medidas bien intencionadas. Quizá se planteen como un reto, un desafío, pero no soy partidario de sembrar falsas expectativas.
"El verdadero drama es que estas certezas que tenemos en el Primer Mundo, hoy se siguen planteando en muchos países en vías de desarrollo"
¿Nos rendimos como si no hubiera opción alguna? Hay problemas que se solventan hoy en día con tecnologías generalizadas y dificultades que hoy serían superadas sin esfuerzo. Muertes que otrora eran inevitables y hoy una simple pastilla o la mera higiene las evita. Pero también es verdad que el bienestar global y permanente aún es un desiderátum.
El verdadero drama es que estas certezas que tenemos en el Primer Mundo, hoy se siguen planteando en muchos países en vías de desarrollo y probablemente obtendrán la misma respuesta en un futuro en esas latitudes, porque, aunque otro mundo sea posible, el reparto desigual de la riqueza seguirá existiendo.
Por eso veo tan etéreos todos los compromisos globales. Ojalá el tiempo torne esta opinión.Al menos nos quedaremos con las buenas intenciones y el esfuerzo ético individual del que sí somos responsables. Todos los caminos comienzan por un primer paso.