COVID-19: Una oportunidad para el hospital del futuro

Jorge Bagán
Socio responsable de la industria de Life Sciences & Healthcare de Deloitte en España

La crisis sanitaria suscitada por la COVID-19 ha convulsionado la economía, la salud y el bienestar social de millones de ciudadanos de todo el mundo. Y si bien es innegable destacar el liderazgo, sacrificio y compromiso del sector salud para hacer frente en un tiempo récord a un doble reto mayúsculo, como el colapso asistencial en los centros hospitalarios y la adaptación de los tradicionales modelos de atención, también cabe reconocer que la pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de acelerar ciertos cambios en la transformación, modernización y digitalización de los modelos asistenciales y, de forma general, en la industria sanitaria.

Durante los últimos meses, hospitales y profesionales asistenciales se han visto obligados a reformular sus organizaciones para dar respuesta a la emergencia sanitaria, convirtiendo la pandemia en el catalizador y acelerador clave de numerosas iniciativas, que, aunque ya se vislumbraban de forma previa a la COVID-19, se preveía un desarrollo y consolidación más lento. En este sentido, los centros hospitalarios han impulsado proyectos de digitalización de la atención, reafirmando los beneficios de la telemedicina, adoptando tecnologías de salud virtual para el diagnóstico precoz, el seguimiento y, en general, las visitas electrónicas, así como otras iniciativas dirigidas a incrementar el uso de nuevas tecnologías orientadas a la gestión de datos de salud, para analizar, diagnosticar y predecir la demanda asistencial.

Muchas de estas soluciones, considerando los beneficios que ofrecen en términos de eficiencia y calidad asistencial, han sido bien acogidas por parte de los pacientes y los profesionales sanitarios, y parece conveniente que se consoliden y se incremente su uso, incluso con la llegada de la vacuna y una futura nueva normalidad. Los hospitales no pueden volver a sus modelos de negocio tradicionales porque lo más probable es que no sean sostenibles dado hacia dónde se dirige la atención médica a largo plazo. Por este motivo, deben aprovechar la oportunidad transformacional que les ha brindado la pandemia y los fondos anunciados desde Bruselas con el programa Next Generation EU para evolucionar hacia un modelo operativo de hospital del futuro, caracterizado por tres áreas de cambio previstas para los próximos años.

Se vislumbran tres grandes arquetipos de modelo asistencial

En primer lugar, los hospitales apuntan a tener que redefinir su modelo asistencial hacia ofertas más limitadas y especializadas, enfocadas a patologías complejas agudas con mayor componente de servicios de análisis, diagnóstico y seguimiento virtual. La mayor parte de la atención se alejará del entorno hospitalario, impulsada por los avances tecnológicos en la atención clínica, los pagos basados ​​en valor y los descubrimientos científicos, como la medicina personalizada, genómica o la secuenciación del ADN. Bajo este contexto, se vislumbran tres grandes arquetipos de modelo asistencial. El primero es que opten por convertirse en operadores de atención especializada o compleja, donde su actividad se centre bien a la atención crítica, como las emergencias, los trasplantes o servicios de UCI/UVI; a servicios de gestión de pandemias o epidemias; o a procedimientos especializados, como patologías complejas. Un segundo arquetipo es que se constituyan como hubs de Salud, donde el hospital sea una parte de un sistema mucho más grande que ofrece servicios ambulatorios, diagnósticos, virtuales o a domicilio, y tratamientos de atención integral centrada en la salud, considerando los determinantes de la salud y de los pacientes. Y un tercero, es que adopten modelos de servicio de hospitalización domiciliaria o virtual, donde la monitorización y el seguimiento se realice fuera de las propias infraestructuras del centro.  

El segundo gran cambio gira en torno al impacto de los datos y las tecnologías disruptivas. Se espera que los hospitales desplieguen progresivamente una alta tecnología médica, con datos y sistemas interoperables conectados, operaciones optimizadas y una atención clínica eficiente. Asimismo, la inteligencia artificial y el machine learning se postulan como las dos tecnologías emergentes con mayor capacidad de transformación de la industria en los próximos diez años, proporcionando eminentemente una reducción de costes y mejorando la calidad y coordinación asistencial, la prevención, así como la experiencia del paciente. Hay múltiples ejemplos de cómo se podrían aprovechar estas tecnologías disruptivas y los datos en el futuro, como, por ejemplo, con la implementación de digital twins (gemelos digitales, en su traducción del inglés), para agilizar procesos de admisión y actualizar el estado de un paciente y su historial médico incluso antes de llegar al centro; y el despliegue de centros de comando digitales, para predecir y determinar las necesidades clínicas y de servicio de un centro (operaciones, logística, cadena de suministro, etc.) mediante el uso de análisis predictivos. Otros ejemplos son la implementación de la robótica, muy útil para cirugías de precisión, la entrega y administración de medicamentos, la toma y documentación de constantes vitales sin despertar al paciente y la realización de procedimientos menores, como colocar vías intravenosas y extraer sangre; y el uso de realidades virtuales (Realidad Aumentada/Realidad Virtual), para optimizar la visualización de datos, el manejo del dolor, la salud mental e incluso la capacitación de la fuerza de trabajo ante procedimientos complejos.

La pandemia ha ayudado a demostrar que el futuro de los sistemas sanitarios ya es una realidad y pasa por apostar por la digitalización y la interoperabilidad

Por último, otro gran giro será el desarrollo de espacios inteligentes con la implantación de IoMT (Internet of Medical Things) en todos los espacios del recinto hospitalario. Se prevé que el hospital del futuro traerá la tecnología al paciente en lugar de llevar a los pacientes a la tecnología. Los espacios serán modulares para que los servicios se puedan ampliar o reducir en función de los aumentos repentinos de la demanda. Y las ofertas virtuales serán una parte vital de la experiencia del paciente: los datos siempre estarán disponibles, los médicos siempre estarán accesibles y el tratamiento siempre se entregará, ya sea en casa del paciente o en el hospital. Un ejemplo claro de cómo ayudarán a transformar las ofertas físicas del hospital del futuro será el desarrollo de habitaciones inteligentes y personalizables, ofreciendo una experiencia parecida a la de una suite de hotel. En ellas, mediante la interacción con una inteligencia artificial habilitada por voz, el paciente podrá condicionar la habitación a su gusto: temperatura, iluminación, aromaterapia, música o sonidos ambientales.

Otro de los avances será respecto a la experiencia de diagnóstico y al triaje del paciente. Este proceso comenzará en casa con el uso de herramientas de triaje virtual y verificadores de síntomas, donde una aplicación combinará las respuestas del paciente con los resultados de la aplicación para generar un diagnóstico impecable y posibles sugerencias sobre adónde dirigirse. En el caso que el paciente requiera atención hospitalaria, los wearables o aplicaciones de salud comenzarán a monitorear sus signos vitales, como la frecuencia cardíaca y la presión arterial, a medida que avanza hacia la sala de examen asignada. Además, en lugar de tener que recurrir a un sanitario, cada paciente tendrá acceso a un robot que aparecerá en forma de holograma que le acompañará durante todo el proceso para responder cualquier consulta.

La pandemia ha ayudado a demostrar que el futuro de los sistemas sanitarios ya es una realidad y pasa por apostar por la digitalización y la interoperabilidad y por optimizar la utilización de los datos de salud para consolidar un modelo asistencial de mayor calidad, eficiencia y sostenibilidad. Además, el sector debe aprovechar la aceleración de innovación actual, la llegada de nuevos players tecnológicos, la perspectiva del nuevo perfil de paciente y la oportunidad transformacional que brindan los fondos de la Unión Europea para disparar la transformación digital y avanzar hacia un modelo de hospital del futuro.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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